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Caso Miss Lucy R

Publicado por Betina Ganim

Miss Lucy era una paciente de 30 años que trabajaba como institutriz. Freud empieza a ver a esta paciente a finales de 1892, porque le había sido derivada por un colega, por unos síntomas extraños, sensaciones olfativas que la apenaban, llevándola a la depresión y la fatiga.

Ella padecía como síntoma histérico una analgesia general, excepto respecto del tacto, sentido que preservaba con totalidad.

Esas sensaciones olfativas «subjetivas» -así las llama Freud- en un principio fueron interpretadas como síntomas histéricos, en tanto alucinaciones periódicas, y la depresión era considerada como el afecto que le correspondía al trauma; si fuera así habría algún acontecimiento posible de situar que tuviera que ver con algún hecho relacionado a lo olfativo. Entonces, de esta manera retornaba ese símbolo «en la memoria». Aunque también, dice Freud, podrían estar asociadas con la depresión y ambos síntomas formar parte del ataque histérico.

Aun así, más allá de eso a Freud le interesaba averiguar, o más bien verificar, que esas sensaciones olfativas tenían un origen en un suceso traumático de iguales características; cuestión que quedó pronto confirmada por las asociaciones de la paciente, «olor a harina quemada». Con esta frase Freud dice haber decidido dar comienzo al análisis de Miss Lucy.

Aquí haré un paréntesis, antes de seguir con el caso en sí.

Parece que la hipnosis no funcionaba con esta paciente, nunca funcionó, de hecho; así que Freud renuncia a ese método desde el principio. Es la primera paciente con la que Freud no trabaja con la hipnosis.

Y se detiene en ello Freud, para hablar un poco de su «técnica». Dice que no podía decir que la hipnosis funcionara con todos los pacientes, y que él solo lo practicaba como método con aquellos sujetos fácilmente sugestionables.

También fue de a poco dejando de probar quién era o no susceptible de hipnosis, porque dice que eso generaba en sus pacientes serias resistencias que le restaban confianza hacia él, cosa que Freud valora como «mucho más importante».

Es de esta manera que Freud empezó a abandonar la hipnosis y en vez de decir «duérmase» los invitará a «concentrarse», previamente invitándolo a acostarse en un diván y cerrar sus ojos.

Claro que Freud se pregunta que si renunciaba a la hipnosis ¿qué pasaría con ese «estado de ampliación de la conciencia» que la hipnosis supuesta mente permitía?

Bueno, eso lo resolvió con la hipótesis de que en realidad el enfermo recuerda sin necesidad de estar hipnotizado, y entonces solo su función era la de instarlo a que comunicara el recuerdo patógeno.

miss lucy r

Este método iba acompañado de la imposición de manos sobre la frente del paciente, a quien le preguntaba desde cuándo padecía tal síntoma, él lo sabía, pero solo que lo había rechazado.

Me parece interesante, antes de meternos de lleno en el caso Miss Lucy R., respetar esta digresión que se permite Freud hacer a propósito de su técnica; que no está de más volver a las fuentes, a este período pre analítico de Freud, en el cual tenemos testimonios más que interesantes respecto de la «evolución» -si se quiere- del método analítico, y cómo ya desde un principio Freud se interesaba no solo en los detalles que los pacientes relataban, sino en la particularidad de cada uno de ellos.

Seguiremos con Miss Lucy R. en el siguiente post.