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La Psicología y las Culturas

Publicado por Malena

La Psicología y las Culturas

El kalawaya boliviano es un curador, que debe transmitir a su primer hijo las artes de sanador

En las grandes ciudades, la gran complejidad social obliga a los jóvenes a recurrir a la orientación vocacional para decidir qué carrera seguir.

En Bolivia, un kalawaya llamado Marcelino lleva a su hijo Aurelio, de quince años, a un viaje de nueve días hasta el Valle de los Incas y a Machu Pichu, en Perú, para ayudarlo a decidir su futuro.

Como primer hijo varón según la tradición, le corresponde ser como su padre, un kalawaya dedicado al arte de curar.

Un kalawaya es un sanador naturista nacido en Kalawaya, Bolivia.

Estos herbolarios se consideran elegidos por sus ancestros para trabajar de curanderos de cuerpos y de almas.

Poseen un gran conocimiento de las plantas silvestres de esa zona, y afirman que no tienen el mismo efecto si se cultivan en otros lugares, porque el clima y el lugar les dan su poder curativo.

Ser curador es un trabajo de gran responsabilidad y compromiso, requiere amplios conocimientos de los rituales y de las plantas, porque ellos también pueden equivocarse.

Los rituales incluyen, piedras, amuletos, dulces, licores, siendo los más apreciados los fetos de llamas, por ser considerados de gran pureza.

Estos rituales son pequeños sacrificios dedicados a la madre Tierra en el preciso lugar donde la persona se enfermó o accidentó.

Un kalawaya utiliza la curación blanca que incluye hierbas, canciones, conjuros, ofrendas a la Tierra y al fuego, ritual que debería hacer efecto dos días después.

Pero también existen curanderos de rituales grises y negros, personajes temidos por sus poderes peligrosos.

Antes de emprender el viaje, tanto Marcelino como Aurelio, su hijo, se someten a un ritual gris para eliminar los malos espíritus y tener un buen viaje.

La cosmovisión kalawaya cree que las montañas fueron creadas por el mal, que los dioses buenos bajaron y las taparon con hielo y que el día que el hielo se derrita será el fin del mundo.

Antiguamente el viaje a Machi Pichu que hacían los kalawayas se realizaba a pie, hoy en día se utilizan medios de transporte para los tramos más extensos.

Durante el viaje el kalawaya Marcelino le enseña a su hijo el significado de las plantas y las arte de la curación, y también lleva de regalo plantas de su zona para sus amigos curanderos de otras tierras.

En 2003 la UNESCO distinguió a la cultura Kalawaya como un exponente auténtico de la tradición nativa.

Machu Pichu les ofrece con su magnificencia una sensación de felicidad y fortaleza a su llegada. Allí, Aurelio dirá por primera vez las oraciones aprendidas de su padre y hará su ofrenda a la tierra prometiendo transmitir sus conocimiento a la siguiente generación.

Hoy en día ningún joven quiere ser kalawaya, invadidos por otras culturas que les ofrecen otras oportunidades.

Dios será el que tendrá la última palabra sobre la posibilidad que Aurelio alguna vez se convierta definitivamente en kalawaya.