La sombra del éxito.
¿Cuál es el lado oscuro del éxito? ¿Cuál es la sombra de aquello que se nos presenta como necesario en la sociedad actual? Y, empezando más desde el inicio, ¿Qué es el éxito?
Podemos pensar en distintas versiones del éxito. Esto cambia según la subjetividad de cada uno. Sin embargo, en líneas generales, buscar el éxito puede interpretarse como llegar a «ser más, o mejores, avanzar y desarrollarnos». Con el auge del consumo y el materialismo esto se ha ido desdibujando.
¿Qué es lo que no estamos viendo de la idea de éxito? Personas que tienen éxito económico terminan muchas veces en un ritmo de vida que los aleja de otros y de sí mismos, sumidos en muchos casos en el estrés y la infelicidad.
John R. O’Neill, autor del capítulo El lado oscuro del éxito en Encuentro con la sombra, analiza a fondo esta cuestión. Este autor ubica al éxito en relación directa con la ansiedad. Ansiedad de tener más y temor a perderlo, pasando directamente de una sensación de euforia a una de gran inseguridad.
Adjudica además a la arrogancia, a la inflación del ego este conflicto para asimilar la sombra. En estos caos entonces, muchas veces se prioriza y exterioriza lo necesario para conseguir el éxito, por lo general material, rechazando aspectos como la conexión con el cuerpo y las emociones, que terminan luego trayendo dificultades en la salud y el bienestar de la persona.
¿A costa de qué el «éxito» concebido en la sociedad actual? ¿Qué queda en el camino? ¿La salud, el cuerpo, los vínculos, la emocionalidad, el disfrute, la creatividad? ¿Pueden realmente mantenerse ocultos sin consecuencias?
La vida en función del éxito económico es en extremo unilateral. Lleva al sujeto a priorizar y a acentuar aspectos de sí mismo que sean compatibles con el logro de esos objetivos. Paralelamente, muchos aspectos esenciales de sí son rechazados o desplazados. Siendo una gran paradoja finalmente, que la búsqueda del popular éxito termine llevando indefectiblemente al no-éxito, al sufrimiento, a la enfermedad y a la soledad.
Sin embargo, no en todos los casos ocurre esto. O’Neill menciona a los que él denomina «aprendices de la profundidad». Personalidades que han podido conectarse con su sombra y extraer de ella su potencial: Churchill, Abraham Lincoln, Eleanor Roosvelt, Florence Nightingale, son algunos de los que menciona. En estos casos, a modo de ejemplo, se observan individuos que han logrado una posición de reconocimiento, pero aprendiendo de sus propios fracasos y errores e integrando sus aspectos sombríos.
En la sociedad actual la demanda de éxito es muy fuerte, y arrasa con muchos aspectos a su paso. En la mayoría de los casos, se lleva la individualidad y deja seres autómatas, que cumplen y obedecen para triunfar. La consecuencia de esto la observamos cotidianamente en la depresión, la ansiedad, y las enfermedades psicosomáticas, por ejemplo.
Reconocer la sombra del éxito que a veces nos imponemos de manera tan estricta, implica la posibilidad de evaluar qué es el éxito para uno mismo, y qué contracara puede tener. Es un modo de transitar por el camino de individuación de manera más íntegra, siendo conscientes de lo que dejamos por fuera y ayudándonos a equilibrarlo.