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Las Fobias II

Publicado por Malena

Las Fobias II

«Tengo miedo de entrar o salir, de ir o venir, de gozar o sufrir, pero sé que en el fondo, tengo miedo a morir.»

Henry Ey (1900-1977) conocido psiquiatra francés por sus numerosos trabajos, como por su concepción particularmente psicoanalítica de las enfermedades mentales; fue el científico que logró complementar el punto de vista organicista con el psicoanálisis y asimilar e integrar a su sistema los análisis fenomenológicos de las psicopatologías, es decir, considerar que cada enfermo tiene su propio modo de enfermar.

Para él, ponerle una etiqueta al enfermo con el nombre de una enfermedad no importaba, porque lo más significativo era descifrar la historia natural de la enfermedad.

La angustia fóbica expresa la tensión interior que resulta de una imposibilidad de descargar la energía de una pulsión.

Para calmar la tensión, la persona utiliza como mecanismo de defensa el “desplazamiento” hacia un objeto externo, para sacarlo de adentro y liberarse de esa pulsión, que es lo que representa el síntoma fóbico.

Como síntoma, la fobia es un miedo específico intenso, cuyo estímulo es proyectado al exterior para disminuir la angustia, reemplazando la angustia de un peligro interno por el miedo a un peligro externo.

Los temas fóbicos más frecuentes se refieren a la fobia del espacio. Se manifiesta en el miedo de salir o angustia de las calles, en el miedo a los espacios descubiertos (agarafobia), en el miedo de los espacios cerrados (claustrofobia).

Otras categorías de fobias se refieren al miedo social, a los animales chicos o grandes, etc.; y todos los síntomas se relacionan con la visualización de los objetos específicos que se temen.

La posición neurótica es siempre la misma: desplazar la angustia con un pretexto. Los signos son muy diversos para precisamente desorientar al sujeto y hacerle soportar la situación de angustia real.

Si los objetos fóbicos se perciben en el campo de la situación, la persona está en camino de tener una gran crisis de angustia con todas sus manifestaciones psicológicas y fisiológicas, de modo que trata por todos los medios de evitar encontrar el objeto tabú.

Ciertas personas se encierran en sus casas para evitar la calle o el objeto terrorífico, otros se limitan a dar rodeos, tomar un solo ómnibus, evitar subtes y otros huyen para adelante para no pensar, son los sujetos super ocupados.

La persona fóbica busca seguridad y una forma de obtenerla es mantenerse en la rutina que es lo que le da tranquilidad; sin cambiar nada de su entorno, realizando rituales y algunos, evitando estar solos. Se relaciona también con las conductas supersticiosas.

Existe el “carácter fóbico” que puede encontrarse sin síntomas pero con el mismo modo de ser.

Es importante saber que el síntoma fóbico es una forma patológica de defenderse de una depresión.

El tratamiento de la fobia puede llevar al fóbico a enfrentar sus verdaderos temores internos.

La teoría psicoanalítica de las fobias se establece sobre el análisis de la integración y de la desintegración de las experiencias personales, en la etapa del desarrollo psicosexual anal-sádica, segunda fase de la evolución libidinal, entre los dos y cuatro años.

El sadismo, por su naturaleza bipolar, ya que apunta contradictoriamente a destruir el objeto y a conservarlo dominándolo, corresponde al funcionamiento del esfínter anal (evacuación-retención) y el control de éste.

En la fase anal, se unen a la actividad de la defecación valores simbólicos de donación y de rechazo, cuya equivalencia simbólica es: heces igual a regalo o dinero.

Lo importante es que la neurosis fóbica puede estabilizarse en la mayoría de los casos.

La terapia psicoanalítica analiza el conflicto profundo, tratando de que el paciente haga consciente lo inconsciente y pueda aceptar emocionalmente el trauma.

Pero también por lo general, se obtienen buenos resultados sometiéndose a una psicoterapia más breve.

Cabe destacar, que una vez que este modo de calmar la ansiedad interna se ha instalado, puede volver a producirse frente a situaciones que recrean el trauma inicial, si éste no ha sido suficientemente elaborado, en general con menor intensidad hasta su resolución total.