Psicología Infantil-Parte I
Lo que más necesita un niño con fervor, es amor
La mayoría de los niños no prestan demasiada atención a su imagen corporal y pueden disfrutar de su niñez y compartir sus juegos con sus amigos. Pero si la apariencia de un niño tiene algún rasgo inusual puede llegar a preocuparse y a estar ansioso por ese motivo, especialmente si se le hacen bromas al respecto.
Es duro para un niño tener que competir con un hermano mayor que puede hacer las cosas mejor que él. Peor es aún cuando este hermano es de alta estatura y de excelente apariencia, mientras él es bajo y aparenta menos edad de la que tiene.
Estos complejos pueden centrarse tanto en la altura del niño como en el desarrollo de su cuerpo, el color de la piel o cualquier otro rasgo característico físico.
Algunas niñas muy altas y delgadas caminan encorvadas haciendo un esfuerzo para disimular su estatura aunque sea realmente inútil, provocando con el paso de los años deformaciones en su columna.
Los niños que sienten que su imagen es diferente a lo común tienden a aislarse, se niegan a participar en la clase para pasar inadvertidos, se vuelven huraños y en definitiva se convierten en personas muy desdichadas.
La forma de vivir estos problemas depende mucho de cómo lo vive el grupo familiar. La actitud de la gente importante en su vida condicionará de alguna manera la importancia que adjudicará a su sentimiento de minusvalía, cuando su cuerpo presenta algún rasgo fuera de lo normal.
No es raro que los niños negros rechacen su apariencia cuando viven entre una población mayormente blanca, pero si es aceptado por su vecindario, tendrá poca preocupación por el color de su piel. En los últimos años se observa una mayor aceptación de la propia raza posiblemente como resultado de un mayor respeto de la gente joven hacia la gente de color y el orgullo logrado gracias a los movimientos por los derechos civiles en la mayoría de los países.
La obesidad en los niños puede ser debida a distintas causas y la reacción de los niños ante su aspecto difiere ampliamente. Algunos niños obesos se muestran aparentemente felices de su condición, principalmente cuando pertenecen a una familia donde todos son obesos. Pero en general el niño que come en exceso lo hace por ansiedad y malos hábitos. Estos niños suelen sentirse muy desdichados y cuanto más infelices son, más comen.
La fortaleza física es muy valorada en las escuelas, principalmente entre los varones. Ser corpulento y tener mucha fuerza es para los niños casi sinónimo de valentía y representa la posibilidad de aventajar a cualquiera más pequeño en una pelea, simbolizando esta capacidad hombría y poder frente a los demás.
Un niño con incapacidades específicas o que sufre algún deterioro corporal, si es aceptado y amado por padres maduros y estables, puede lograr una buena adaptación emocional y social y puede ocurrir que no se sienta distinto a los demás; mientras que otro perfectamente sano pero con padres sobreprotectores puede volverse hipocondríaco y sentirse a si mismo como un inválido.
Algunos niños también se sienten preocupados por sus dificultades en la adquisición del lenguaje. Pueden ser desde defectos de pronunciación de algunas palabras o letras hasta serios tartamudeos. Por lo general estos trastornos se corrigen con el tiempo y el tratamiento adecuado, salvo en los casos de lesionados cerebrales que tienen mayores dificultades para lograr la nivelación.
(continúa en Parte II)