¿Qué es la Multiplicación Dramática?
Es un desarrollo por parte de Eduardo “Tato” Pavlovsky y Hernán Kesselman, entre otros colaboradores, considerada una nueva forma de pensar el dispositivo grupal.
Se impone inicialmente como una crítica al psicoanalismo y psicodramatismo reduccionista de inicios de los 70, en un intento por desplegar acerca de las escenas temidas de los propios coordinadores grupales.
Así, y basándose en teorías de Deleuze y Guattari, se piensa este dispositivo.
La multiplicación dramática implica la construcción de otros espacios-tiempos a partir de las distintas y múltiples versiones de los integrantes de un grupo en base a una escena propuesta.
Se considera este desarrollo como rizomático, haciendo alusión al concepto de Rizoma de Deleuze y Guattari, que implica la conceptualización de “Raíces de Raíces”, donde no hay un principio ni un final claro, ni tampoco un hilo conductor, o un tronco nodal.
Las escenas se suceden, multiplicándose y permitiendo un despliegue de historias que se entrecruzan vertiginosamente produciendo flujos y cortes.
Los integrantes del grupo se apropian de una parte de la escena original y la acoplan a una sensación, imagen o idea, expresándola por medio de una forma dramática.
Así se van sucediendo las dramatizaciones, formando este entramado grupal complejo, que no pretende ahondar, juzgar, ni cuestionar la escena original, sino desplegarla por medio de los integrantes, que hacen intervenir también sus propias cuestiones inconscientes.
La idea de este tipo de intervención propone la conceptualización del grupo como matriz. Matriz que se entreteje por medio dramatizaciones, proponiendo al adulto que se preste a la invención de juegos posibles, necesarios para desbloquear toda serie de Mitos Familiares.
Dentro de esta matriz y multiplicación, se dan, como se dijo anteriormente, flujos y también cortes. Conceptualizan la Rostridad, como aquello que captura toda la energía y no la expande. Muchas veces los coordinadores grupales pueden desencadenar este efecto, acumulando en sí mismos toda la energía circulante y frenando el flujo.
La noción de grupo adopta la modalidad de una Máquina de producción de sentidos. Mediante el Agenciamiento, que implicaría la apropiación deseante de determinadas nociones que cada integrante pone en su propia máquina.
Por medio de la proyección de los sujetos participantes, se logra este entrecruzamiento de dramatizaciones.
El concepto de máquina implica la idea de proceso, y continuidad. Estas máquinas deseantes se engendran unas a otras y ,además, generan cuestionamiento.
Según esta conceptualización el Deseo es “flujo de intensidades”, y cuando esto se corta lo que se produce es un Bloqueo. Respecto a esto y, para estos autores, es entonces Desbloquear, mucho mas importante que Analizar, siendo el primero la posibilidad de un cambio de intensidades.
Esta sucesión y entrecruzamiento de dramatizaciones basada en la idea de Rizoma, implica que no hay un único comienzo o inicio, es la multiplicidad como punto de partida.
La multiplicidad es caótica, pero en ese caos encuentra su rigurosidad siendo representativa de la verdadera heterogeneidad grupal. No hay una historia central, sino historias que se entrecruzan.
La clave de esta modalidad está en la posibilidad del grupo de jugar escenas espontáneamente, sin necesidad de interpretaciones, ya que estas implicarían un corte en el flujo.
La elaboración de la Multiplicación Dramática como otra forma de pensar el acontecer grupal, y de repensar el Psicodrama Clásico, es sumamente interesante. Su propuesta del despliegue por medio del acto dramático y lúdico atraviesa las formalidades, y desafía las nociones previas vinculadas al abordaje grupal.
Un acercamiento a este dispositivo nos permite cuestionarnos además sobre la frecuente y muchas veces excesiva intención de interpretar, psicologizar, otorgar sentido a lo escuchado o a lo observado, dando lugar en este caso a un fluir auténtico y espontáneo que en sí mismo produce sentido.