Qué hacer cuando las emociones nos superan
las circunstancias de la vida y nuestras reacciones ante ellas son a veces de lo más imprevisibles y nos pueden llevar a las situaciones más positivas y plenas hasta a aquellas en las cuales nos sentimos completamente acorralados tanto a nivel psicológico como emocional.
Hoy vamos a hablar de cuando las circunstancias nos llevan a momentos en los que las emociones nos superan completamente. Momentos en los que nos sentimos emocionalmente desbordados y que son verdaderamente peligrosos en el sentido de que para escapar de ese acorralamiento somos capaces de hacer cosas que en condiciones más o menos normales no haríamos nunca.
Por eso nos preguntamos que hacer en aquellos momentos en los que las emociones nos superan, que armas nos da la psicología oficial para minimizar los daños, salir de ese estado lo antes posible e incluso para aprender de ello.
Que conste que no estamos hablando de pequeños enfados ocasionales sino de un verdadero desbordamiento de la ira en toda su plenitud, una circunstancia que seguro que hemos podido vivir en primera persona alguna vez. Pero nos referimos a ataques de ira provocados por un desbordamiento emocional por causa de alguna circunstancia.
Se trata de momentos en los que el razonamiento normal se ve nublado y actuamos de forma completamente irracional. ¿Como volver a un estado de normalidad en un momento como ese en el que sabemos que nos podemos llevar todo el mundo por delante?.
El primer consejo que podemos dar es claro, evitar llegar a ese momento en el que todo se desborda. Cuando un río se desborda ya no hay nada que hacer, el agua va a su antojo por los alrededores causando destrozos pero si previamente hemos podido construir presas, desagües, etc, este río no llegará a desbordarse.
Eso es lo que tenemos que hacer con nuestra psicología para que nunca lleguemos a este punto.
El problema en estas situaciones es que nuestra mente va tan rápido que no somos conscientes de nada y son las emociones las que nos gobiernan seguidos de los instintos sacando la parte más animalesca de nosotros mismos. Cuando decimos emociones por supuesto que nos referimos a emociones negativas que nos llevan a desembocar en una ira sin fin que puede acabar con todo lo que tenemos alrededor haciendo mucho daño.
Las manifestaciones físicas cuando se produce un momento de tensión, agresión, defensa, etc son evidentes, el puso se acelera, la presión de la sangre aumenta, la mente se dispersa y no hay pensamientos claros, todo nos lleva a la parte instintiva que nos indica lucha o huida y esto sucede en cualquier situación que podamos llegar a percibir como tal incluso entre amigos y familiares.
Para poder evitar esto debemos de entrenarnos en algunas técnicas importantes. La primera es aprender a no reaccionar ante cualquier cosa que se nos diga y mantener la calma, la serenidad. Evidentemente no va a desaparecer de nosotros la frustración o las sensaciones negativas pero si podemos aprender a no dejar que vayan a más.
También es importante aprender a detectar las señales psicológicas, fisiológicas y emocionales que nos van a llevar al inminente momento que queremos evitar. Solo tenemos que aprender a contar hasta 10 o 30 y evitaremos que vayan a más o también aprender a escapar de esa situación, el que evita la ocasión evita el peligro.