Un Viaje Extraordinario
Una joven pareja argentina, a bordo de un Graham-Paige del año 1928, hizo realidad un sueño, partiendo hace cuatro años desde Usuahia para llegar hasta Alaska, recorriendo una distancia de 93.000 kilómetros, pasando por veinte países y realizando una proeza que les permitió vivir una singular aventura.
Habían planeado realizar el viaje en seis meses, pero alcanzar la meta les llevó cuatro años, debido a inimaginables sorpresas que les deparó el camino porque hasta tuvieron un hijo durante el trayecto.
Relatan sus numerosas peripecias en el libro “Atrapa tu sueño” que presentaron en la feria del libro de Costa Rica, se animaron a publicar una segunda edición en México y luego lo vendieron en Estados Unidos traducido al inglés, logrando un éxito excepcional de ventas, principalmente por el deseo de la gente de colaborar con su proyecto.
Reconocen que lo más difícil para ellos fue iniciar la partida porque tuvieron que abandonar todo, trabajo, casa y todas sus cosas, ya que sólo podían llevarse lo que podían cargar en el auto.
Esta experiencia les sirvió también para darse cuenta que durante cuatro años se pudieron arreglar perfectamente, sólo con lo que cabía en ese pequeño vehículo.
Lo que más los emocionaba era la actitud de la gente que fueron conociendo a su paso, que los ayudaron en todo momento. Un ejemplo fue un empresario de Houston que se hizo cargo de todos los gastos de su vuelta en avión y del traslado del auto en camión desde Alaska hasta el puerto texano y desde allí en barco hasta Buenos Aires.
Su experiencia fue tan aleccionadora que al aproximarse a la meta sintieron que no querían llegar porque significaba para ellos el fin de la maravillosa aventura.
Estos emprendimientos singulares exigen, además del compromiso con uno mismo, contar con verdadero espíritu aventurero, tener coraje, buena salud, pensamiento positivo, hábitos austeros y la capacidad de prescindir de todas las comodidades a las que la mayoría está acostumbrada
Para lograr este objetivo, estos jóvenes necesitaban una buena capacidad de adaptación, talento para enfrentar situaciones nuevas, buena disposición para relacionarse, inteligencia y serenidad para resolver problemas y principalmente tratar de mantener un vínculo armonioso y solidario entre ellos, que les permitiera el cumplimiento de sus propósitos.
Su empresa seguramente no ha sido fácil. Han debido atravesar largos caminos solitarios, selvas, desiertos y hasta senderos montañosos pocos frecuentados, y soportar todos los climas, desde el calor más agobiante hasta el frío más crudo así como tormentas y lluvias torrenciales propias de las zonas tropicales.
Más que una prueba de supervivencia es un viaje de aprendizaje para la vida semejante a los propósitos que se proponen los que emprenden un peregrinaje a un lugar sagrado.
Aunque esta travesía no estuvo relacionada con la fe, fue un acto de fe, de confianza en ellos mismos y en la gente; porque reconocen que jamás hubieran podido concretar este sueño sin su ayuda.
Es más, después de esta experiencia están convencidos que todo proyecto es imposible sin contar con los demás, porque un solo hombre puede tener una muy buena idea pero para llevarla a cabo siempre necesitará la colaboración de otros.
Ahora están a punto de emprender un nuevo viaje con un recorrido por quince países de Asia, con el mismo vehículo, a una velocidad crucero de 45 kilómetros por hora, esta vez en compañía de sus dos hijos, Pampa y Tehue, de cuatro y dos años.
Parece ser un proyecto aún más difícil, por la diversidad de idiomas y porque en esta oportunidad llevan dos niños de corta edad. Pero están decididos y saben muy bien que es mejor no esperar, porque si no es ahora, cuándo?