Tipos de Psicología
Cada tipo de psicología tiene como fundamento un tipo de filosofía.
La Psicología es una ciencia compuesta por distintas escuelas con distintos marcos teóricos que se fundamentan en diferentes formas de ver el mundo.
En general todas las corrientes psicológicas tratan de comprender al hombre desde sus perspectivas, coincidiendo en lo esencial, que es ayudarlo a lograr una mejor adaptación social y a alcanzar una mayor realización personal.
La Organización Mundial de la Salud define a la salud del hombre como el estado de bienestar biopsicosocial, con una visión del ser humano como una unidad física, mental y social.
Muchos problemas físicos, mentales y sociales, provienen de las dificultades en las relaciones interpersonales que los humanos aprenden a partir de su relación con la madre.
Este enfoque, incluye una gran cantidad de teorías, denominadas ambientalistas, que ponen el énfasis en los factores sociales como determinantes de la conducta.
La Psicología Social es un ejemplo, minimizando las capacidades innatas y acentuando la influencia del ambiente y la posibilidad de desarrollo y educación como causas de las dificultades de adaptación y de exclusión social.
El Psicoanálisis, es también una teoría ambientalista que sostiene la importancia de las experiencias infantiles en el desarrollo de las neurosis y de la relación con los padres, proponiendo a la represión de los instintos que la sociedad impone, como causa de las enfermedades mentales como la histeria, la neurosis de angustia, la depresión, etc.
El Existencialismo espiritualista vuelve a la subjetividad reconociendo capacidades innatas en el hombre, una moral, valores absolutos que son propios del hombre y que es el libre albedrío, y su capacidad de elegir, lo que lo convierte en artífice de su propio destino.
El Existencialismo ateo no reconoce capacidades innatas, ni tampoco valores o una moral absoluta, pero responsabiliza a cada hombre por sus actos, porque con cada elección, con cada cosa que él haga está autorizando a todos los demás a hacer lo mismo. Atribuye de esta manera al hombre toda la responsabilidad a él mismo y puede elegir ser quien es, un ser auténtico, o ser como los demás, un objeto; y la angustia del hombre se genera cuando elige ser objeto.
En un esfuerzo por convertir a la Psicología en una ciencia como las naturales, surge la Psicología Experimental centrada en la conducta como objeto de estudio; porque la conducta del hombre es lo único que se puede medir en un laboratorio.
El conductismo norteamericano reduce la conducta del hombre a un mecanismo de estímulo respuesta desconociendo en un principio todas las demás variables intervinientes.
La escuela alemana de la Gestalt inaugura un nuevo modo de hacer psicología, basada en los fenómenos de la percepción.
Surgen las escuelas cognitivas que otorgan importancia al mundo de los significados, ampliando el espectro del esquema estímulo respuesta.
Las teorías psicológicas más modernas poseen un enfoque holístico, o sea un punto de vista totalizador del hombre, como un ser orgánico, que tiene una personalidad, una manera de pensar, proyectos en su vida y que vive en un medio social específico.
La Psicología como ciencia, en su necesidad de lograr resultados confiables, objetivos y válidos se centró en el análisis de la conducta del hombre, perdiendo de vista el individuo total y lo convirtió en la suma de todos sus elementos, que como una máquina, si todos sus componentes están bien, debería funcionar bien.
Pero en la práctica este punto de vista no funciona, porque es muy difícil reducir a un ser humano a la suma de sus partes.
La Psicología Transpersonal, surge como una necesidad de reconocer en el hombre su dimensión espiritual. Es la consecuencia de muchas regresiones psicoanalíticas que consiguieron ir mucho más atrás en el tiempo que la infancia y se extendieron a experiencias traumáticas de vidas pasadas.
Estas experiencias han sido estudiadas y comprobadas en la realidad, por algunos especialistas dedicados a esta disciplina que nos obliga a ampliar nuestras mentes y pensar más allá de lo que consideramos posible.
Lo cierto es que cada psicólogo tiene su propia cosmovisión y deberá partir de ella para elegir la doctrina o las doctrinas que sean coherentes entre si, para desarrollar su trabajo.