Kurt Lewin y el Desarrollo Adolescente
La teoría del campo de Kurt Lewin, da importancia en esta etapa de transición, al hecho de que el adolescente, que ya no es un niño ni tampoco un adulto, tenga que cambiar de grupo.
Mientras es niño puede compartir tanto su propio grupo como el de los adultos, pero cuando llega a la adolescencia necesita un grupo de pares, los cuales se caracterizan por su ambigüedad.
Los grupos de los mayores no aceptan la conducta de los adolescentes que les parecen infantiles, pero tampoco dejan que tomen decisiones de adultos.
Un adolescente puede sentirse perdido, anhelando encontrar un ambiente de iguales que le ofrezca un marco de referencia confiable donde lo puedan comprender, porque se siente inseguro y no sabe bien cual es su rol en la sociedad.
Lewin propone el concepto de espacio vital que representa la suma y la interacción de una persona y todos los factores del ambiente; e interpreta que la conducta es producto de ese espacio y no solamente una respuesta a estímulos.
El espacio vital se compone de distintas regiones o fronteras que para el adolescente casi siempre no son fáciles de franquear.
Se trata de actividades que requieren que sea mayor de edad o por lo menos contar con la autorización de los padres, como por ejemplo manejar vehículos u otras también poco accesibles, como tomar bebidas alcohólicas o tener relaciones sexuales, todos objetivos que le interesan pero que les resultan generalmente inaccesibles, ya sea por restricciones paternas como legales o morales.
Al sentirse extraviado frente a un campo que cambia velozmente y un entorno familiar que se opone a sus requerimientos, puede caer en una crisis que lo llevará a refugiarse en si mismo, permanecer retraído, insociable, malhumorado, confundido y lleno de agresividad reprimida, que lo inclinará a tomar posiciones extremas.
Esa incertidumbre es el resultado de su desorientación y falta de conocimiento de cuál es su propio lugar y situación. Incluso su propio cuerpo se transforma rápidamente en la imagen de un desconocido en quien le cuesta confiar porque lo perturba.
Este sentimiento de inestabilidad modifica su estado emocional y puede cambiar su visión del mundo.
Kurt Lewin define a la adolescencia como un período de transición en el que se producen grandes cambios que afectan al individuo debido a la rapidez en que se producen y por la modificación radical de su espacio vital, que se vuelve inestructurado y desconocido y que lo hace sentir inseguro de si mismo.
En sociedades modernas, el adolescente puede sentirse como un hombre marginal que se encuentra en la frontera entre dos grupos, el de los niños y el de los adultos, sin pertenecer a ninguno de los dos; porque la pretención de acercarse a cualquiera de estos dos grupos mayoritarios lo hace sentir frustrado, disminuido, inestable e incomprendido.
Al mismo tiempo pertenecer a un grupo minoritario socialmente como el de los adolescentes, sin poder de participación o decisión, que adopta las conductas impropias del hombre marginado; le produce un conflicto, forzándolo a elegir valores, formas de pensar y actitudes del mundo de los niños y de los adultos que lo ayuden a resolver situaciones y que a la vez no produzcan resistencia o rechazo en su nuevo grupo.
Dentro de ese marco social puede ser sensible y tímido o bien descarado y escandaloso, pero su conducta también puede revelar impulsos altamente agresivos.
El conflicto de valores produce gran estrés emocional porque no es fácil que un adolescente sea reconocido con seriedad fuera de sus pares.
Un adolescente puede llegar a decisiones extremas y rebelarse a todo, porque es el momento de la vida en que se pone en tela de juicio lo establecido y la oportunidad de arriesgarse a intentar el cambio.
La teoría del campo de Kurt Lewin observa el aspecto dinámico de la conducta adolescente, y lo describe como un juego de fuerzas positivas y negativas en su espacio vital, que tiene en cuenta las diferencias individuales y culturales, ya que la sensibilidad frente a las influencias del ambiente cambia significativamente en cada persona.
En sociedades con marcos de referencias rígidos la transición será más difícil y cuanto más profunda sea la brecha generacional mayores serán las dificultades.
Fuente: «Teorías de la Adolescencia», Rolf E. Muuss, Ed. Paidós, 1976