Depresión y Estructura
Una de las presentaciones clínicas más usuales en los pacientes que acuden a las consultas, o incluso en la manera de nombrarse frente a los otros, es la «depresión». Ya sea por algún diagnóstico psiquiátrico, ya sea por las referencias que se buscan en el dios Google, ya sea por la medicación que da el médico de cabecera (que reza «antidepresivo»), el sujeto viene con ese nombre a hacerse representar frente al Otro psicoanalista.
El practicante del psicoanálisis tiene una orientación clara respecto de esta manera de nombrarse: tomarla para interrogar al sujeto. Interrogarlo en relación a su malestar propio, singular: «¿qué es estar o ser depresivo para usted?». Esto es importante en la medida en que le da un ser al sujeto, y esto es algo que muchas veces obstaculiza la pregunta analítica. Por eso, paso a paso, en las entrevistas preliminares, el analista deberá estar orientado también en la estructura: ¿se trata de una neurosis o de una psicosis? Y este diagnóstico solo se hará una vez localizado el sujeto; es decir, ubicada la posición enunciativa de aquel ue viene a nombrarse como depresivo
Ahora bien, en el campo del psicoanálisis sabemos que la depresión no comporta ninguna estructura clínica,sino que puede haber depresión en una neurosis como en una psicosis.
Entonces, de qué estamos hablando cuando decimos «depresión»: de un estado anímico, de un síntoma específico, de una situación afectiva…?
A partir de estas preguntas iniciales, intentaré dar una visión acerca de este tema que no cesa de no escribirse en nuestra época.
Para esto, partiremos de Freud, en donde estableceremos algunos puntos de referencia con relación a este padecimiento que en otros ámbitos sucumben rápidamente a la comprensión.
En el caso paradigmático sobre ela histeria, en Freud, el famoso caso Dora del que en varios momentos he hablado en este mismo blog, Freud menciona un estado de «desazón» que va acompañado de los síntomas que la paciente le trae a su consulta. Allí encontramos una breve historia cronológica d ellos síntomas; historia que comienza con la tos y la afonía, síntomas dominantes del «cuadro clínico».
Luego de que Dora abandone su ciudad junto a su familia, a raíz de la enfermedad de su padre, los signos principales de la enfermedad de esta paciente tienen que ver con esa desazón y cambios de carácter que causan extremos cuidados de parte de sus padres. Dora evita los lazos sociales, está dispersa y s asiente todo el tiempo cansada, estados que se alternan con salidas esporádicas.
Ese momento, el de la consulta, tiene que ver con una carta que el padre de Dora encuentra, en done manifiesta que no soporta más la vida. Después hay una pelea de ella con su padre, y un desmayo….A partir de estos acontecimientos es que el padre de Dora decide hacer la consulta con Freud, y poner asu hija bajo tratamiento. Antes de esto, es el padre el que interpreta: lo que le pasa a su hija tiene que ver con algo con la famosa escena del lago con el Sr K. El padre interpreta que es esto lo que ha motivado semejante desazón, irritabilidad y hasta sus ideas suicidas… ¿Que dice Dora?
Seguiremos en los próximos posts desarrollando la temática de la depresión en psicoanálisis.
FUENTE: EXTENSIÓN 5. CÁTEDRA DE PSICOPATOLOGÍA. UNLP, LA PLATA, ARGENTINA. ED. DE LA CAMPANA.