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El niño y la estructura familiar

Publicado por Betina Ganim

chicos estresados

Del Caso Dora sabemos que el padre de Dora consulta a Freud sobre su hija porque él mismo lo había consultado ya antes(aconsejado por un amigo, que no es más que el Sr K…)

Pero no solo Freud conocía al padre de Dora, sino que también a unos tíos paternos de Dora, y eso le permitió situar a Dora en su estructura familiar, como inscrita en el linaje paterno.

De esta manera, y siguiendo los lineamientos del post anterior, en las entrevistas preliminares con los padres del niño, nos permiten localizarlo en la estructura familiar. Es más, en las entrevistas con los padres suelen aparecer cierto significantes que luego escuchamos en el niño. El analista, en el curso de la cura, puede no darle importancia a esos significantes -lo mismo que cualquier otro analista no tiene entrevistas con los padres. Sin embargo, hay que preguntarse hasta qué punto no insistirán ciertos significantes sin que lo sepa.

El trabajo del psicoanalista con niños permite comprobar que en muchos casos, cuando no se hizo posible la continuación de la cura de un niño, éste, habiendo escuchado su historia misma contada por sus padres -vuelto a colocar en su estructura familiar- pudo contar con determinados elementos de más para reconstruir su historia.

Es así que el analista de niños deberá escuchar diversos discursos, divergentes, convergentes o yuxtapuestos, da igual, pero diferentes. Este es un difícil y complejo trabajo, ya que el analista deberá evitar buscar una verdad de los hechos relatados y obviamente, e deberá abstener de emitir juicios de valor, no debiendo nunca olvidar la enseñanza de Lacan que reza que en psicoanálisis no hay más resistencia que la del analista…

Siguiendo con el caso Dora, Freud cayó en la trampa de emitir juicio sobre la relación que unía a Dora con el Sr K, ya que él mismo conocía la Sr K, quien había sido el que acompaño al padre de Dora cuando fue a verlo a Freud. El juicio de valor fue que el Sr K era un hombre joven ya atractivo…Un prejuicio que lo condujo a Freud a «desear» de alguna manera por su paciente: Dora. Y Lacan subrayó en su lectura que Freud pagó bien caro el precio de ese yerro.

Aún así, Lacan supone que ese error hubiese podido evitarse.

Este caso freudiano que conocemos como el caso Dora nos ofrece entre líneas la orientación para el trabajo analítico sobre ciertos aspectos de la transferencia en el psicoanálisis con niños. La pluralidad de discursos en juego deja expuesto al analista a los escollos de sus propios prejuicios.

Y no hay que subestimar esos encuentros con los padres del niño, porque nos permiten desde los primeros encuentros en la cura, un análisis de las formaciones del inconsciente que están presentes, así como un análisis de la articulación entre la suposición de saber, el deseo del analista y el deseo de cada uno de los sujetos en juego. Estos podrán a su vez permitirnos entender mejor ciertos significantes y contribuir así a la dirección de la cura de ese niño.

FUENTE: AA.VV: «ESTRATEGIAS DE LA TRANSFERENCIA EN PSICOANÁLISIS». ASOCIACIÓN DE LA FUNDACIÓN DEL CAMPO FREUDIANO. ED. MANANTIAL.