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El Vacío Interior y la Depresión

Publicado por Malena

el vacío interior y la depresión

El vacío interior se manifiesta como depresión, con síntomas como falta de motivación, desesperanza, carencia de proyectos, sensación de extrañamiento, desasosiego, sentimiento de inseguridad y de temor a la vida y ausencia de sentido de la existencia.

Este estado invade el pensamiento y lleva a una persona a pensar que en la vida todo es negativo y que la realidad está al borde del colapso.

La realidad tiene dos aspectos, el negativo que es la nada, y lo positivo que es todo. Sin embargo, en la nada se encuentra el germen potencial del todo, porque se necesita llegar a tocar fondo para animarse a volver a empezar.

El vacío interior también puede ser el resultado de una falta de autoconocimiento. Muchas veces, las personas se enfocan tanto en cumplir con las expectativas de los demás, que se olvidan de descubrir y cultivar su verdadero yo. Este desconocimiento de uno mismo puede generar una sensación de vacío y desorientación.

Lo positivo es la vida misma que nos impulsa a unir los contrarios, encontrarnos con nosotros mismos y ver todo como una unidad con significado.

El vacío surge cuando se pone el empeño en vivir para afuera, creyendo que la felicidad es algo que se puede comprar. Pero todos sabemos que aún teniéndolo todo, la vida puede resultar vacía y sin sentido.

Lo único que nos reconcilia con la vida es ser nosotros mismos, hacer realidad la persona que somos y apasionarnos con nuestros propios proyectos.

Solo podremos sentirnos bien cuando estemos haciendo lo que nos corresponde, que es aquello para lo que hemos nacido.

Cuando la vida de una persona se convierte solamente en un trabajo bien remunerado, esa actitud puede llevarla a sentirse alienada y vacía por dentro; y si llegara a perder ese trabajo también podría sentirse perdida ella misma como persona.

A veces, perder un trabajo es la oportunidad que algunos necesitan para animarse a arriesgarse a ser ellos mismos.

Es importante recordar que el cambio no es algo a lo que debamos temer. Al contrario, puede ser la chispa que necesitamos para reevaluar nuestras vidas y encontrar un nuevo propósito.

La necesidad de seguridad nos hace vivir anestesiados y puede ocurrir que sólo un suceso traumático nos despierte y nos lleve a aprovechar el impulso del cambio.

Lo único que llena el vacío interior es sentirse bien con uno mismo, hacer las cosas lo mejor posible, comprometiéndose, relacionarse con amor, desinteresadamente, porque el otro es otro y no puede interferir en mi vida que es única y distinta.

La diferencia que más distingue a las personas es la actitud positiva hacia la vida, de absoluta entrega y aceptación, y la disposición necesaria para cumplir el propio destino.

Se puede lograr desarrollar esta actitud buceando en el interior de uno mismo, tratando de despojarse de modelos ya hechos y sin necesidad de hacer sufrir a nadie.

Esta es una tarea que todos nos debemos a nosotros mismos, que no podemos eludir si no deseamos sentir vacío existencial.

Tener tiempo para uno mismo es necesario, porque cuando permanecemos siempre conectados a algo, nos alienamos y perdemos la conciencia de nosotros mismos, nos confundimos con los otros, con los proyectos de otros, con la vida de los otros.

Tenemos que rescatar lo esencial de nosotros mismos, porque es lo que permanece siempre y no cambia y lo que nos permite reconocernos a través del tiempo.

Necesitamos tener conciencia de la importancia de las cosas que hacemos automáticamente, con el piloto automático, permitiendo que la vida pase al lado de nosotros sin que nos demos cuenta.

Nuestros estados de conciencia positivos se contagian, producen el mismo efecto que una piedra al caer al agua: ondas positivas que se esparcen en todas direcciones hasta inimaginables distancias.

Nuestra forma individual de pensar puede cambiar al mundo, porque volverse hacia adentro significa poder conectarse con el inconsciente colectivo y nos da la oportunidad de compartir lo más genuino que llevamos dentro con los demás, relacionarnos mejor y trabajar en común uniendo esfuerzos.

El vacío interior de la depresión, es un abismo muy profundo que sólo se llena con amor. Pero también es importante recordar que el amor no sólo se refiere al amor romántico. El amor propio, el amor a la vida, el amor a nuestros sueños y pasiones, también son esenciales para llenar ese vacío. Por lo tanto, es fundamental aprender a amarnos a nosotros mismos, a valorar nuestras virtudes y a aceptar nuestras imperfecciones. Solo así podremos llenar ese vacío interior y encontrar la verdadera felicidad.