El Vacío Existencial desde el Taoísmo
En Occidente existe la razón de los resultados y beneficios, o sea que la existencia en este lado del mundo tiene un sentido práctico, productivo y útil, y todo se orienta hacia el cumplimiento de los objetivos
En Oriente, en cambio, su modo de ver la razón de ser de la vida les permite experimentar en cualquier momento el vacío de la existencia, como parte de ella, aceptándolo con naturalidad.
En Occidente, cuando emerge la nada de la existencia, la falta de sentido, se lo llama angustia. En Oriente en cambio, es parte de la vida.
”Con arcilla se moldea un recipiente, pero es precisamente el espacio que no contiene arcilla el que utilizamos como recipiente”.
“Construimos una casa de material pero es gracias a sus espacios vacíos que podemos vivir en ella”
“Treinta rayos convergen hacia el centro de una rueda pero es el vacío del centro el que la hace útil”.
“Así, de la existencia provienen las cosas y de la no existencia su utilidad.”
La experiencia de vacío es vivida por el hombre occidental como algo verdaderamente doloroso y en muchos casos es como una puerta hacia la locura o el suicidio.
Esta vivencia se experimenta, porque tanto el vacío como el sentido de la existencia no se viven como los opuestos necesarios y normales que constituyen la realidad y que siempre se resuelven en su contrario, sino como los extremos de la experiencia.
Cuando somos conscientes de esta dualidad, los opuestos ya no luchan para imponerse.
En Occidente, el sentido procura imponerse al vacío de la existencia, que se trata de eliminar, destruir, pero el vacío no puede destruirse porque es inherente a la existencia y a la vida misma. El vacío, la nada, es una experiencia que es fuente y origen de la angustia más profunda que se trata de mitigar con químicos.
El hombre occidental no puede coexistir con la angustia porque no la considera una parte esencial y necesaria de la existencia sino como una amenaza que debe ser eliminada, y no sabe que sólo dejando ser a la angustia ésta naturalmente se disipa.
La angustia nace del ego como resultado de ver fracasados sus deseos.
Se cuenta que Alejandro Magno aún habiendo conquistado el mundo antiguo conocido era muy desdichado, pues no se había conquistado a sí mismo.
Cada ataque de angustia es una posibilidad propicia para el crecimiento y para la expansión del ser. Pero preferimos deshacernos de ella, porque todos queremos aliviarnos pero no encontrarnos.
Si no pudiéramos sentir el vacío de la existencia tampoco podríamos saborear la plenitud de ver nuestros deseos satisfechos.