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La Educación

Publicado por Malena

Educar es ayudar a recordar

La Educación

La educación sin cultura y la inteligencia sin moral no son dignas de respeto.

La palabra educación proviene de la palabra latina “educere” que significa extraer lo que está dentro del hombre, que es su potencial físico, mental y ético.

Una persona que logra desarrollar ese potencial podrá cumplir su propósito, comprender el sentido de su vida y su relación con el universo.

No hay verdadera educación si ésta se limita a transmitir conocimientos acerca del mundo porque sólo el refinamiento que proporciona una cultura puede lograr una personalidad firme y sólida.

La cultura es el cultivo de los valores que hacen a la dignidad humana y el desarrollo de la capacidad de discernimiento, o sea, aprender a separar la paja del heno, a distinguir lo que es esencial y bueno.

No puede existir una vida humana sin cultura y si esto se ignora el hombre pierde la paz y la seguridad.

Todos dedican sus esfuerzos a lograr comodidades sin saber lo que significa el verdadero bienestar. Si el hombre se empeña sólo en estar cómodo sin intentar comprender lo que es la cultura, su vida resulta vacía y sin sentido.

Así como la semilla logra la finalidad de dar su fruto, el hombre debe encontrar el propósito que le de sentido a su vida y que lo lleve por el camino hacia la perfección.

La verdadera educación aspira al bienestar de todos y la educación más elevada es la espiritual.

La educación no debe ser sólo para ganarse el pan de cada día sino que debe ser útil para la vida. Mucha gente con mucha educación no tienen la agudeza mental de una persona que ha vivido y ha aprendido de la vida.

El objetivo principal de la educación es forjar el carácter, porque el carácter se refleja en las acciones y en las relaciones y permite abrir las puertas de la mente.

El verdadero significado del aprendizaje es alcanzar a descubrir la virtud que está oculta en cada ser humano.

La educación actual se orienta hacia la incorporación de conocimientos inconexos difíciles de relacionar con la vida cotidiana. Los jóvenes no le ven sentido a lo que les obligan aprender y todo se reduce a un entrenamiento teórico que sirva para competir y satisfacer deseos no siempre necesarios.

Cuando los conocimientos de la realidad física están en armonía con el conocimiento del verdadero sentido de la vida, la vida humana se torna más digna, porque sólo es valiosa la educación cuando proporciona felicidad y paz interior.

La educación debe promover la humildad, no el orgullo, la codicia o la ambición, y debe permitir servir a la familia y a la patria en forma desinteresada.

Sólo cuando el hombre comprenda el propósito de su vida entenderá todo lo demás, será menos arrogante y más compasivo, porque en este mundo cada cosa tiene su valor y el valor del hombre es su conciencia y la pureza de su corazón.

En este mundo el hombre que tiene más riqueza es el que está contento, no el que tiene mucho dinero; porque la alegría y paz interior sólo se hace posible cuando la cabeza, el corazón y la acción están en armonía.

Inspirado en los discursos de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba, recopilados por la señora Mila de Gómez Beret, Coordinadora Nacional de Educación en Valores Humanos.