Poner reglas para controlar a los niños difíciles
Cada vez es más frecuente encontrarnos con niños de corta edad que se han vuelto completamente incontrolables por parte de los padres. De nuestra parte como psicólogos educativos tenemos que decir que la culpa es en un porcentaje muy alto, por no decir completamente, de la educación que los padres le han dado.
Se trata de niños que han tenido una educación demasiado permisiva por parte de sus padres, a los que se les ha tolerado absolutamente todo y a los que a cada llamado de atención que realizaban se les prestaba de forma inmediata. Niños malcriados que finalmente se vuelven en irrespetuosos, intolerantes, maleducados y con una inadaptación a la sociedad que cada vez se hará más evidente.
Los padres deben de pensar que si realmente quieren a sus hijos, una educación de este tipo no es la mejor manera de mostrar ese amor ya que los van a convertir en personas completamente inadaptadas para el mundo real al que tarde o temprano se tendrán que enfrentar. Mejor es darle las armas a los niños para que sepan en un futuro desenvolverse de la mejor forma para ser piezas útiles en la sociedad que les toque vivir.
Para ello los padres no deben de ser tan permisivos y deben de aprender a imponer las más elementales reglas a sus hijos desde temprana edad pero sabiéndolo hacer de tal forma que no se conviertan en unos tiranos. Se trata de encontrar el equilibrio y no irse a los extremos pero estamos completamente seguros que una llamada de atención a tiempo va a suponer un agradecimiento en el futuro por parte de un hijo a su padre por haber sabido educarlo correctamente.
Conforme los niños van desarrollándose y haciéndose más grandes y de mayor edad van sintiendo la sensación de independencia y de pueden tomar iniciativas por ellos mismos. Esto no es que esté mal, el problema surge cuando estas iniciativas no tienen en cuenta las reglas establecidas o que deberían de estarlo. En la mayor parte de las veces es por desconocimiento de las mismas.
Los padres deben de imponer ciertos límites en forma de reglas que deben de ser explícitas y comentadas a los niños de tal forma que las conozcan bien y no solo eso sino que deben de saber las consecuencias por no cumplirlas hasta el punto de poder pactarlas en los casos más graves así como el conocimiento de los premios por cumplir todas las normas.
Hay una regla de oro al establecer estas reglas y es que tanto el padre como la madre deben de ser coherentes con las mismas y aplicar las consecuencias de saltarse esas reglas cada vez que esto suceda. El niño debe de percibir una consistencia en ese aspecto por las dos partes, por el padre y por la madre, para poder interiorizar finalmente esas reglas que poco a poco hará suyas y parte de su vida convirtiéndose en una persona adaptada e integrada positivamente en la Sociedad.
En cuanto al tema de la atención solicitada por los niños solo debes de prestarle la atención necesaria y nunca en caso de mal comportamiento. Cuando esto sucede solo deben de moverse lo mecanismos que ejercen las consecuencias de ese comportamiento y que el niño ya conoce.