Superdotados
El superdotado es el que posee una capacidad intelectual extraordinaria para comprender, adquirir conocimientos, solucionar problemas nuevos en cualquier área, para aprender de las experiencias y para relacionar conceptos.
Desde el punto de vista de la psicometría, se considera superdotado al que tiene un coeficiente intelectual que supere los 130 puntos.
La palabra superdotado es utilizada generalmente para el nivel de inteligencia, en tanto que para las capacidades como el deporte, la danza, el arte o la música se utiliza más la palabra talento.
Las investigaciones sobre las diferencias cualitativas de las estructuras mentales de los superdotados no son contundentes, en cambio si parece haber una distinción cuantitativa referida a la rapidez y la efectividad de su forma de pensar, como si sus cerebros aprovecharan sus recursos en forma más eficaz.
Recién a los 14 o 15 años el nivel de capacidad intelectual permanece estable, aunque es común que los factores emocionales puedan interferir en las evaluaciones de este tipo.
En una sociedad competitiva como la nuestra, se valora más el pensamiento abstracto y lógico, porque supuestamente es la aptitud considerada necesaria para progresar.
En la jerarquía de capacidades cognitivas a la capacidad intelectual le siguen los factores mentales como el tipo verbal frente al tipo práctico-mecánico. Luego, tienen importancia los elementos de evaluación relacionados como la comprensión del lenguaje y las capacidades imaginativas visuales, entre otras.
Los tests de inteligencia deben ser administrados por personas competentes, como por ejemplo psicólogos expertos; estando vedados a otros profesionales como médicos o docentes, que son ajenos a la psicología y que por lo tanto no disponen de los conocimientos indispensables para el diagnóstico diferencial, estadístico o psicométrico.
Existen distintos tests de inteligencia reconocidos en el ámbito de la Psicología, con los cuales se obtienen con bastante aproximación casi los mismos resultados.
La elección del instrumento de medición dependerá de la edad del consultante y de los motivos de la investigación.
La inteligencia extraordinaria, por lo general, se da en todas las áreas cognitivas y el campo en que puede desarrollarse dependerá del contexto, la motivación, la personalidad y los valores de cada persona.
Los niños precoces deben ser estimulados sin caer en excesos, ya que también necesitan tener tiempo para jugar y estar con su familia para aprender a relacionarse, para crecer felices y para darse cuenta del significado de lo que aprenden.
Las escuelas para superdotados no son convenientes, porque favorecen la discriminación e igualmente no se consiguen grupos de alumnos homogéneos, ya que existen otros factores como la motivación, la personalidad, el interés, la familia, etc., elementos que también existen en las personas comunes.
Cada niño es diferente y tiene que tener la oportunidad de ser quien es, para desarrollarse en el ámbito que le es propio y relacionarse con otros que son distintos, para que puedan enriquecerse mutuamente.
Puede resultar conveniente que los niños superdotados con problemas puedan ser apartados de una escuela normal y escolarizados en instituciones especiales, pero siempre tiene que ser con la intención última de reintegrarlos al sistema normal.
Porque la capacidad cognitiva no equivale siempre a un buen rendimiento, ya que pueden influir también, la situación familiar y la adaptación del niño a los educadores, a los compañeros y la escuela.
Un niño superdotado puede fracasar igual que un niño común y convertirse en un mal alumno. Estos casos hay que examinarlos individualmente tratando de encontrar las causas subyacentes para poder tomar las medidas psicológicas, pedagógicas y terapéuticas que sean necesarias.
Desde el punto de vista laboral, una persona con un coeficiente intelectual sobre 120 puede aprender cualquier trabajo y cumplir con eficiencia con las tareas que se le asignan; aunque a veces, factores como la motivación, el entusiasmo, la imaginación, la capacidad de relacionarse y el dinamismo pueden priorizarse en la elección de un candidato para realizar determinadas tareas.
Fuente: Revista “Investigación y Ciencia”, “Mente y Cerebro”, Nota de Detlef H. Rost, con bibliografía complementaria, edic. Prensa Científica S.A., Barcelona, julio-agosto 2009.