Empieza hoy tu diario emocional
A lo largo de la vida, pasamos por temporadas en las que nuestro equilibrio emocional corre cierto peligro. La armonía se ve desestabilizada por motivos de variada naturaleza. No es éste un asunto exclusivo de personas en edad adulta, sino que se produce en adolescentes y niños con mayor frecuencia de la que quisiéramos.
Por eso, hoy ponemos a vuestra disposición una herramienta tremendamente útil como complemento a una intervención destinada a solucionar algún problema emocional. Al aplicarlo en niños, se requiere la participación de los padres para la elaboración conjunta del diario junto al niño.
Muchas veces, la causa de las conductas disruptivas se basan en afectos incompletos que influyen directamente en la integridad psicológica del individuo. Partiendo de esta premisa, el diario emocional pretende ser un canal de comunicación en el cual las personas implicadas puedan expresarse con fluidez, libertad y con intención terapéutica, impidiendo así la manifestación de las frustraciones en formas perjudiciales tales como depresión, introversión extrema, inseguridad, etc.
El primer paso consiste en acordar un tiempo diario para estar juntos y hablar sobre las cuestiones del día que cada uno considere importantes tanto positivas como negativas. Éstas últimas serán las que requerirán más atención y sobre las que tendremos que buscar mejoras promoviendo la aplicación de habilidades de superación y de mejora continua. Simultáneamente, habremos de mostrar efusividad ante los logros y destacar las conductas positivas para incitar a que las repitan.
La expresión de las emociones está en el centro de este recurso así como la creación de un clima de comprensión y comunicación que se instale, con el tiempo, de manera permanente, como hábito en la vida familiar.
La lectura posterior del diario ofrece una valiosa información acerca de la evolución del estado psicológico del sujeto, de la capacidad de identificar emociones y gestionarlas o de las estrategias aplicadas para la resolución de conflictos o de situaciones problemáticas. Las personas que llaman a las cosas por su nombre porque las reconocen, mantienen una trayectoria vital más saludable, con niveles de ansiedad más leves y sobreponiéndose con mayor rapidez a las adversidades.
Es imprescindible que seamos constantes y que abandonemos la realización del diario por falta de tiempo o por el cansancio de las obligaciones diarias. Sin duda, las relaciones familiares aumentarán su calidad favoreciendo que sus miembros sean personas psicológicamente fuertes.
Asimismo, recomendamos la práctica del diario emocional a todas las personas, en general. Más allá de tener problemas emocionales o no, la mera expresión de sentimientos sin los filtros que aplicamos al suponer que somos juzgados crea en el ser humano sensaciones de liberación, de autoconocimiento que ayudarán a conocernos mejor y a trabajar aquellos aspectos que no nos benefician. De hecho, asumir con naturalidad que los hechos diarios nos generan emociones y aprender a identificarlas nos protegerá de las consecuencias negativas de andar por terrenos desconocidos o que nos producen extrañeza.
Es especialmente clarificadora cuando nos tenemos que enfrentar a situaciones que no controlamos, inciertas o imprevistas puesto que nos proporciona la perspectiva necesaria para analizar los pormenores y estructurar mentalmente todas las variables implicadas.
No esperes más. Escoge un bonito cuaderno, un bolígrafo y dedícate unos minutos al acabar el día.