Aprender a Estudiar Leyendo el Diario
Leer un diario que guarda la mesura permite ganar altura.
Una buena forma de mejorar el método para estudiar y de estar informado consiste en acostumbrarse a leer los diarios.
Los diarios de buen nivel, no sólo son una fuente de información sino que proporcionan datos históricos referidos a las noticias que publican, de manera que cualquier persona que incursiona por primera vez en un tema que aparece en una columna, pueda interpretar el sentido y las novedades sobre el mismo.
Cualquier persona sin formación académica que elige leer un buen diario dos o tres veces por semana con detenimiento y profundidad, puede mejorar su forma de hablar, aumentar su vocabulario, estar enterado de los cambios y de lo que sucede en la realidad, conocer el mundo, incrementar sus conocimientos generales, perfeccionar su ortografía, educarse, y ampliar el campo de sus intereses.
Buena parte de los diarios de Argentina publican una importante cantidad de información del exterior, modalidad que nos distingue y que es poco frecuente en otros países cuyos periódicos suelen ser mucho más localistas.
Debido a que los diarios también son un negocio y que las preferencias de las mayorías son las que mueven el mercado, toda publicación trata de respetar estas reglas sagradas para vender y conseguir más lectores.
Por esta razón los títulos de la primera página deben ser siempre lo suficientemente sensacionalistas como para atraer a la mayor cantidad de compradores, aunque luego, el artículo sobre esos temas no tenga ningún sustento.
No obstante, siempre es recomendable leer el diario aunque nos obligue a distinguir entre la paja del heno, ejercicio que se puede aprovechar para aprender a discriminar lo importante de lo intrascendente.
Los diarios tienen las noticias clasificadas por secciones que se editan siempre en el mismo lugar de la publicación.
Estas secciones pueden ser: Exterior, Política, Cultura, Ciencia y Salud, Cines y Teatros, Opinión y Notas. Además algunos días en la semana publican suplementos deportivos, de espectáculos, revistas de modas, entrevistas y artículos varios; arte y literatura y otros rubros; y es frecuente la publicación semanal de una serie de libros o fascículos de interés general.
Desde mi punto de vista, la mejor manera de leer un diario es leer primero todos los titulares para luego centrarse en los artículos que interesan.
Posteriormente hay que leer también lo que se cree que no es de importancia, para tener la oportunidad de discernir con mayor fundamento sobre las preferencias personales y tener la oportunidad de ampliar el campo de la percepción.
Los diarios escriben desde una filosofía, una manera de pensar o cosmovisión que los distingue; y aunque traten por todos los medios de mantener la objetividad, ese esfuerzo, a la hora de la publicación suele ser inútil, porque su ideología se puede leer claramente entre líneas.
Por eso es importante no seguir un solo diario sino leerlos todos de vez en cuando, en la medida de las posibilidades que se tengan.
Es importante prestar atención a los verbos en tiempo incondicional, como sería, vendría, habría, subiría, bajaría, aumentaría, etc., porque indican una información de fuente incierta y no precisa, que sólo tiene el propósito de captar lectores y vender.
Los rumores, que en una gran ciudad pueden alcanzar niveles records, es el material más difundido en los diarios, que luego jamás son desmentidos, si no son ciertos, en el mismo lugar y forma como corresponde.
Las catástrofes o hechos trágicos de la actualidad, generalmente son informaciones suministradas en forma parcial, de manera que las causas que generan los actos de violencia nunca se difunden, publicándose solamente las conjeturas y la opinión sin ningún fundamento que los hechos parecen indicar.
La publicidad condiciona seriamente a los diarios cuando difunden las noticias, principalmente las relacionadas con la política y con la economía; por lo que hay que tener en cuenta esta condición cuando se lee cualquier diario.
Los diarios tienen el poder de modificar tendencias, influenciar a los lectores que tienen convicciones poco firmes, desestabilizar gobiernos, imponer modas, manchar reputaciones y arruinar vidas; y por todo eso se lo denomina precisamente el cuarto poder.
No obstante, a pesar de todo, si se aprende a leer un diario teniendo en cuenta todos estos factores, puede resultar instructivo y favorecer la cultura personal.