Miedo extremo a la muerte o tanatofobia
Que normalmente no nos gusta pensar en la muerte es frecuente pero no debería ser así, si es inevitable que llegará tarde o temprano. Hay que aprender a vivir asumiendo y aceptando que algún día moriremos. Esta cita ineludible a veces es sentida con un temor desmedido. Cuando la muerte nos produce un miedo atroz dando lugar a un estado de ansiedad extrema, podemos hablar de tanatofobia.
Sus síntomas son fácilmente reconocibles. Al escuchar la palabra muerte o al al ver en la televisión o en Internet una noticia de relacionada con ella se produce una activación fisiológica de alta intensidad en forma de taquicardias y palpitaciones, sudoración y nerviosismo. Es frecuente que acaben inmersos en un estado de pánico puesto que piensan que su propio final está cerca. Es un comportamiento recurrente que incide negativamente en su cotidianidad impidiendo llevar una vida normal debido a los altos niveles de estrés a los que están sometidos los tanatofóbicos.
Además, estas personas también sienten miedo al desgaste corporal propio del paso del tiempo puesto que cuanto más se envejece más perciben la muerte como cercana.
Por lo tanto, sufren de una preocupación constante, irracional, de la que difícilmente se pueden deshacer. Todo ello acarrea que se asocien a la tanatofobia otras emociones como la culpa o la tristeza. Como consecuencia, el individuo queda muy limitado ya que el miedo extremo le bloquea y ni siquiera se plantea actividades como viajar, practicar algún deporte, salir de su espacio de confort,etc.
Mediante la terapia cognitivo-conductual el paciente podrá transformar esos pensamientos negativos en otros incompatibles en sentido positivo. Además, se le orientará para manejar la ansiedad y recibir entrenamiento en relajación y control de la respiración. Suele ser una terapia muy efectiva para tratar esta fobia, influyendo también en otros aspectos de la persona debido a la profundidad del tema a tratar. Suele producirse un cambio del estilo de vida y de valores al sentir la liberación.
Por otro lado, esta fobia puede ser tratada con otras terapias como la hipnosis, los grupos de apoyo y terapias centradas en el funcionamiento energético de la persona. No siempre están probadas científicamente pero tampoco se ha podido demostrar que sean inútiles. Es muy aconsejable rodearse de personas optimistas y positivas que ejerzan una proyección provechosa en la persona tanatofóbica, muestra de que es posible disfrutar de la vida sin pensar persistentemente en su fin.
Al parecer, es más frecuente que se manifieste en mujeres que en hombres. Si bien el paso de los años nos va acercando a la muerte, son precisamente las personas con más edad a la que menos le temen. Paradojas de la vida.
Es importante precisar que la presencia de un temor natural relacionado con la muerte es considerado normal, pero cuando se vuelve patológico, en el sentido explicado más arriba, es precioso buscar ayuda psicológica.
Como medida preventiva es interesante que, desde la infancia, se normalice el concepto de muerte y no se trate este tema en el ámbito familiar como un tabú o un tema extremadamente cargado de negatividad.