La libido como pulsión de muerte
Siguiendo a Jacques Alain Miller, particularmente su curso publicado como «Los divinos detalles», habíamos planteado el punto culminante en la teoría de Freud respecto de las pulsiones. Lacan hace un desplazamiento que tiene que ver con reunir dos términos en uno: el goce reúne de alguna manera lo que Freud planteó como libido y pulsión de muerte.
Es aquí donde se puede plantear una diferencia con la corriente postfreudiana de la psicología del yo. La historia del psicoanálisis le da un lugar fundamental a el esfuerzo de H. Hartmann para resolver lo que aparecía en la teoría freudiana como una disimetría entre libido y pulsión de muerte. Es así que la solución que encontraron a este obstáculo epistemológico es una simetría psicológica entre ambas satisfacciones, y convertir la pulsión de muerte en agresividad o agresión, que se diferencia pero a la vez debe ubicársela paralelamente a la satisfacción libidinal.
Considera Miller que ese aspecto mitológico (que había legado Freud) de la pulsión de muerte, fue «psicologizada» con el modelo de la libido.
Lacan coge una salida diferente: lo hace partiendo de una unificación que da sitio a una escisión interna de la libido. Teniendo en cuenta este enfoque, podemos decir que «goce» es el único término que tiene valor para ambas satisfacciones, a saber, la satisfacción d ella libido, y la satisfacción de la pulsión de muerte. Es decir, ambas no son más que una.
En este punto Miller se detiene en la cuestión sadismo-masoquismo. Y plantea cómo aborda este tema la ego psychology, y cómo lo aborda Lacan.
Para la ego psychology lo que prima es el sadismo, como el término que representa la pulsión de muerte en la relación con el otro. Se trata de la «agresión» como la relación fundamental con el otro. Es su destrucción lo que genera una profunda e innumerable satisfacción. De esta posición teórica parte la teoría de que un psicoanálisis le permitirá al individuo distanciarse de la pulsión de muerte.
Si vamos a la perspectiva que toma Jacques Lacan, lo que prima es el masoquismo, en tanto efecto de esa unión que planteó Lacan, de la pulsión de muerte y la libido. Lo que nos sugiere el término «masoquismo» es que el que sufre la pulsión de muerte es el sujeto; es decir, que la libido como tal ES la pulsión de muerte, y por eso la padece el sujeto de la libido.
Esta definición de la libido como pulsión de muerte nos lleva a pensar que en el fondo, el goce es masoquista. En lo que hace a la agresión, a la agresividad hacia el otro queda explicado en Lacan por el estadio del espejo, a nivel imaginario. La rivalidad imaginaria con la imagen del otro La agresión tiene en Lacan un lugar diferente a aquel en el que abordamos el goce, lugar en el que si hay una agresión, es hacia el sujeto mismo.
Es por eso que no podemos conformarnos con definir la satisfacción pulsional como un cambio corporal que se siente como satisfacción; y que tenemos el deber de inscribir el goce como inconsciente: un goce que no se conoce como satisfacción, que se siente más bien todo lo contrario.
FUENTE: MILLER, JACQUES ALAIN. LOS DIVINOS DETALLES. LOS CURSOS PSICOANALÍTICOS DE JACQUES-ALAIN MILLER. ED. PAIDOS.