La Vocación y la PNL (Programación Neurolingüística) – Segunda Parte
Para definir la vocación, saber lo que se quiere es la cuestión
En todos los órdenes de la vida, antes de actuar lo mejor es conocer bien los objetivos y ser capaces de adaptarnos a ellos, porque toda decisión puede cambiar el rumbo de la vida y hacernos felices o desdichados.
Antes de elegir es conveniente contar con los recursos necesarios para enfrentar lo que se está eligiendo y lo mejor para saberlo es tener la información más completa sobre la carrera o actividad deseada.
Imaginarse desarrollando esa tarea con detalles precisos es importante, porque la mayoría tiene una idea ambigua de los roles laborales que es preciso identificar con claridad.
No es conveniente ni exigirse más de lo que se puede ni evitar el mínimo esfuerzo, sólo es necesario un nivel de exigencia que además permita vivir las demás experiencias de esa etapa de la vida.
Cada decisión implica tener en cuenta las consecuencias en la vida personal y en las relaciones. Algunos jóvenes toman decisiones apresuradamente y deben abandonar a sus familias y amigos para estudiar en lugares distantes, luego se sienten solos, extrañan y se dan cuenta que han cometido un error.
Además del tiempo perdido se pierde mucho dinero por no haber reflexionado y lo que es peor se pierde también la autoestima al percibir esa experiencia como un fracaso.
Son muchos los jóvenes que me escriben contándome que desean abandonar sus carreras porque pierden el entusiasmo y creen que se han equivocado. Pero es común que las carreras siempre en algún momento desilusionen a los estudiantes porque generalmente las han idealizado.
Además de la decepción, existe el sentimiento de inseguridad y de temor de enfrentar las exigencias laborales o de no estar a la altura de los requerimientos.
Proponerse objetivos a largo plazo, como cursar una carrera universitaria, puede provocar problemas en el presente, por esta razón es necesario tener una buena motivación para salvar los escollos.
Lo esencial es creer en que lograr el objetivo es posible y que será algo útil; y la mejor forma de darse cuenta de estar haciendo lo correcto es por los resultados.
La comunicación familiar tiene importancia a la hora de decidirse por una carrera y a veces los padres utilizan habilidades comunicativas para influir en las decisiones de los hijos.
Toda comunicación ejerce una influencia en el otro y la habilidad en la forma de comunicarse puede a veces convertirse en manipulación, forzando a una persona a hacer algo en contra de sus intereses.
La PNL proporciona la capacidad de responder eficazmente a estas influencias respetando al mismo tiempo el modo de ver el mundo del otro; y para actuar libremente y con integridad sólo es posible hacer lo que esté de acuerdo con los propios valores.
Sólo cuando las relaciones familiares se mantienen en armonía se puede mantener una comunicación donde prevalezca el respeto por el otro y se puedan lograr a la vez los propios objetivos.
El enfrentamiento no logra el cumplimiento de los objetivos, por el contrario, los obstruye, por lo tanto se obtienen mejores respuestas en la comunicación igualando en forma sensible y respetuosa al otro, tratando de parecerse en todo, sus movimientos, sus gestos, su lenguaje, el tono de la voz, porque cuando las personas se parecen se agradan mutuamente.
La comunicación familiar no será una discusión sino una danza armónica entre la propia integridad y la forma de ver el mundo del otro.
Llevarse bien con la gente ayuda a alcanzar las metas en todos los órdenes de la vida, aprendiendo a adaptarse para obtener resultados. Y la capacidad de cambiar la conducta para amoldarse a los propios objetivos es una clave para asegurar el éxito.
Apreciar lo que dice el otro no quiere decir que se esté en un todo de acuerdo con él, por eso hay que eliminar de nuestro vocabulario la palabra PERO…, y reemplazarla por Y…
Porque PERO es una objeción que obstruye, en cambio Y amplía, y complementa.
En la época de nuestras abuelas, ellas sabían cómo salirse con la suya, simplemente diciendo todo que si pero sin renunciar nunca a hacer todo lo que les gustaba.