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Vocación Dudosa

Publicado por Malena

Vocación Dudosa

Todos nos preguntamos alguna vez, por qué no podemos saber lo que queremos ser.

Hace algunos años me dediqué algún tiempo a trabajar como psicoterapeuta grupal. Se trataba de grupos pequeños de no más de ocho personas, con problemas emocionales heterogéneos.

Durante una de esas experiencias, tuve una paciente de treinta años que ingresó a uno de los grupos. Se había divorciado hacía poco tiempo y tenía dos hijas pequeñas.

Se quejaba de su situación económica y de las privaciones que tenía que sufrir con la poca ayuda que le brindaba su ex marido y por los bajos ingresos por su trabajo, como vendedora en un comercio.

Después de varias sesiones, tanto yo como el grupo nos enteramos que se había recibido hacía ya siete años, de profesora de matemáticas, y no lo había querido comentar, manteniendo esa información como un secreto bien guardado.

Por supuesto la reacción fue cuestionarla, con referencia al hecho de no estar aprovechando esos conocimientos para trabajar y eventualmente ganar más dinero en menos horas, pero ella se justificó diciendo que ya no se acordaba lo que había aprendido y que creía no estar en condiciones de enseñar matemáticas.

Pasaron algunos meses y la terapia grupal comenzó a dar sus frutos. Estimulada por la presión del grupo y tranquilizada por la información que le proporcioné sobre mi experiencia como educadora, decidió anotarse en una escuela secundaria como aspirante a un cargo de una suplencia, como profesora de matemáticas, deseando secretamente que no la llamaran.

Ante su sorpresa, al día siguiente la llamó la directora de esa institución para darle una entrevista y a pesar de no tener ninguna experiencia le adjudicaron la cátedra de primer año.

Grande fue su expectación frente a esta responsabilidad que pensaba no poder asumir, a pesar de haber leído el programa de estudios y de haberse dado cuenta que su contenido no le ofrecía ninguna dificultad para enseñarlo.

Sin embargo, a pesar de sus dudas, terminó la suplencia de tres meses con mucho éxito; a tal punto que de inmediato la volvieron a llamar para cubrir un cargo titular en la misma escuela en segundo año.

Nuevamente comenzó a sentirse insegura y ansiosa, pero como todos la apoyamos para darle ánimos decidió aceptar.

Ese grupo terapéutico cumplió sus objetivos y finalizó en el plazo convenido al poco tiempo; pero tuve la oportunidad un día de encontrarme con ella y de enterarme que estaba trabajando tiempo completo en la misma escuela, con el máximo de horas posibles, dictando las cátedras de matemáticas desde primer año hasta quinto, con pleno éxito.

Así como este caso, tuve la oportunidad de vivir muchas experiencias similares principalmente durante mi trabajo como terapeuta grupal y todos ellos, afortunadamente para los protagonistas, terminaron de la misma manera.

La baja autoestima es un elemento que nos hace desconfiar de nosotros mismos, de nuestras capacidades y conocimientos, aunque estén avalados por años de estudios y títulos académicos, que no resultan suficientes cuando uno se siente inútil e incapaz.

Todos los trabajos exigen conocimientos específicos, pero el modo de hacer las cosas en la práctica se aprende trabajando, que es lo que las universidades no enseñan.

Hasta la ocupación más sencilla requiere de una adaptación y un aprendizaje y sólo hay que confiar en uno mismo para llevarla a cabo con plena eficacia.