Vocación y zona desfavorable
Más que el sentimiento de sentirse aislado la persona que emigra suele sentirse frustrado.
Los jóvenes que viven en grandes ciudades tienen la ventaja de poder acceder a la mayoría de las carreras que existen y mayores posibilidades de trabajo; pero también tienen la desventaja de tener que decidir entre toda esa gran cantidad de opciones y de tener que competir en el mundo laboral con muchos otros jóvenes que pretenden lo mismo.
En las ciudades o pueblos más pequeños hay muchas menos opciones y casi todas ellas están referidas a la formación de los estudiantes para cubrir las necesidades regionales.
Según sea la situación económica de cada uno y su filosofía de la vida, algunos emigrarán a las grandes ciudades para estudiar y otros se quedarán.
Pienso que como pasa en la naturaleza, cada uno nace en el lugar donde pueda echar raíces, formarse y crecer y que la mayoría de las cosas que se necesitan están más cerca de lo que uno cree.
Todos amamos el lugar donde hemos nacido y deseamos verlo progresar y desarrollarse y muchas veces, algunos deciden renunciar a participar en ese proceso.
En los lugares muy desarrollados hay demasiada gente dispuesta a esforzarse para llegar a trabajar en una gran empresa y tener un puesto jerárquico, perdiéndose cada individuo entre la multitud de personas que hacen lo mismo. Pero en los pueblos pequeños no existe el anonimato, y aunque la tarea no sea tan importante todos pueden conocer los resultados.
Vivir en pueblos alejados de las grandes concentraciones de gente brinda una mejor calidad de vida. Por lo general todo está cerca y no hay que recorrer grandes distancias para acceder al lugar de trabajo, permitiendo estar más tiempo en el hogar, tal vez almorzar en la propia casa y hasta permitirse un pequeño descanso después de comer.
La vida en los pueblos es más tranquila, el ritmo es más lento y son mayores la posibilidades de relacionarse en forma más genuina. Todo esto hace que la gente no esté a la defensiva, sea menos agresiva, más confiada y más afable.
Es más fácil trabajar y formar una familia sin descuidarla y permite el contacto permanente con todos los seres queridos.
En las grandes ciudades rige el consumismo y se crean continuamente nuevas necesidades que obligan a comprar todos los productos que salen a la venta y de renovarlos por modelos nuevos ni bien pasan de moda; porque de no ser así las personas se sienten frustradas y disminuidas, porque el anonimato hace que se identifique el Ser con el tener.
En los pueblos la gente se conoce y no necesita aparentar quien no es y lo más importante es que tienen la oportunidad de participar en un proceso de desarrollo que todos disfrutarán y conocerán.
Antes de elegir una carrera un joven debería agotar todos los recursos que le brinda el lugar donde ha nacido, y luego, si estos no le satisfacen o son demasiado precarios para sus ambiciones, entonces si, decidirse a emigrar a otras zonas que le permitan un desarrollo adecuado a sus necesidades.
Es importante evaluar lo que ganará y perderá alejándose del medio en que ha vivido y entonces la decisión será aquella que tenga el menor costo en todo sentido.