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El circuito «circular» del deseo histérico

Publicado por Betina Ganim

analista analizante

El pasado post (los remito a él) había djado abierta la pregunta sobre el goce de la histérica, ¿dónde podemos ubicarlo clínicamente?

Escribamos de nuevo el discurso histérico:

$ S1

a S2

Sabemos que la histérica quiere plantearnos con su deseo que la dirección es hacia una obtención de saber, se dirige a que un saber se produzca. Pero con Lacan sabemos que no se trata de un saber cualquiera, sino que ese saber tiene que ser un medio de goce, un saber sobre cómo gozar la relación sexual.

Hasta ahí llegamos. Pero un saber como medio de goce no significa el goce del sexo para ella. Sino que lo que ella desea es que se produzca saber (S2) para vincularlo con una verdad que castra, que limita, que indica una hiancia para el saber que el Amo pueda llegar a producir como medios de goce. Es complicado, pero es discursivo. El discurso de la histeria está armado en función de esto…

En el discurso histérico, el deseo gira en redondo podemos decir. Y set la base de la variedad sintomática, porque esa variedad ya es el sujeto histérico perfecto: pura división subjetiva, puro $ (que ocupa el lugar del agente en este discurso)

El lugar de agente del discurso huistérico está ocupado por el $, podemos decir, por el deseo como tal, una sigla que contempla un cero de goce.

Sabemos entonces qué desea ese $: un Amo, un S1 como maestro. Es decir, ese deseo se realiza en tanto «pasa» al S1 como deseo (se histerifica al Amo), y a la vez se realiza solo como producto de un saber que no colma lo que ella sustrae (léase: el objeto pequeño a, debajo de la barra en el discurso) de donde parte el deseo que vuelve a presentarse como $, y así es como «gira el deseo en redondo».

El Amo-maestro, el S1 puede producir todo tipo de saberes, pero nada permite que se cierre el circuito del deseo histérico,. ya ue al no haber saber sobe elo que se sustrae, vale como objeto causa del deseo que vuelve a la carga…

Es en este contexto que se podría dar valor a la fórmula límite que implica hablar de un goce de la privación para el síntoma histérico. Tal vez tendríamos que aclararnos, para entender mejor esta cuestión, abordando la hermandad de la verdad con el goce.

Por ahora lo que tenemos claro es la función del la otra, que nos dejaba la histeria pensada como triángulo. Cuando Lacan proponía esto, aún creía que podíamos hablar de un goce parcial, pulsional, encarnado en la Otra.

Pero cuando nos vamos al discurso, cuando damos un lao más, todos los valores de agalla de la Otra son de deseo en tanto encarnan un saber. la contemplación d ella Otra no es más que una contemplación teórica, y no significa mucho en términos de deseo…

Entonces, y para terminar, este circuito que explicaba respecto del deseo, en redondo, nos permite señalar un nexo entre el deseo histérico y el deseo científico: deseos que producen saber, pero no muerden en nada que resuelva la división subjetiva que los manda.

FUENTE: INDART, J.C. Y OTROS. «Histeria: triángulo, discurso, nudo». Ed. Vigencia