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El cuerpo que habla

Publicado por Betina Ganim

locura histerica

Cuando hablamos de cuerpo en psicoanálisis lo hacemos desde una óptica diferente a la que viene de la biología, que habla del cuerpo más bien en términos de un organismo viviente.

Esta diferencia que habita entre ambas perspectivas la inaugura ya Freud, quien en sus primeros ensayos da cuenta de que el cuerpo humano es afectado por lo psíquico. O sea, hablaba de una acción de lo psíquico sobre lo somático.

Así, el cuerpo difiere del viviente en que aquel es efecto de la actividad psíquica. Efecto. Para Lacan, esto que tiene que ver con el aparato psíquico lo traduce en términos de estructura, y dirá quoe hay una accin del lenguaje sobre lo somático.

Es decir, el efecto del lenguaje es la transformación de un organismo viviente a un cuerpo hablante, un cuerpo gozante.

Además, es importante destacar que el cuerpo en psicoanálisis no es solo un objeto de estudio, sino también un sujeto que se expresa y comunica. El cuerpo habla, y a través de sus manifestaciones, nos permite acceder a la dimensión inconsciente del sujeto.

En este sentido, el cuerpo no es solo un receptáculo pasivo de la actividad psíquica, sino un actor activo en la producción de significados. El cuerpo, en su dimensión simbólica, se convierte en un texto que puede ser leído e interpretado.

Volviendo a Freud, tenemos que decir que es notable cómo si hablamos de psicoanálisis nos tenemos que remitir al cuerpo; fundamentalmente al cuerpo histérico, que convoca al Amo de la época a decir algo sobre eso…¡Tantas mujeres en aquella época iba a él, con sus cuerpos doloridos, entumecidos, paralizados, locos…! Es que los médicos las trataban de mentirosas, de simuladoras. La medicina no hallaba remedio para su malestar.

Es así que nace el psicoanálisis, tanto la práctica como la teoría: ese sufrimiento que no tenía explicación para el saber médico, Freud le supuso una causa, y esa causa era inconsciente y sexual.

Esa causa era todo un enigma, y desde ese momento es que decimos que existe una distancia entre organismo y cuerpo. El cuerpo arma un pregunta…

Esas mujeres con cegueras y parálisis -de las que tenemos conocimiento gracias a los excelentes historiales escritos por Freud- esas mujeres no encontraban razón orgánica alguna para sus dolores -ni los médicos tampoco. Freud es quien inventa el inconsciente, al plantear una causa inconsciente -en tanto escapaba a la conciencia de sus pacientes.

Recordemos el caso de Elizabeth Von R. (los remito a un o algunos posts de este mismo blog en el que me dediqué a este caso en particular) Ella se quejaba de dolores en sus piernas que le producían una incapacidad de andar. Freud apuesta al discurso de ella, dirigiéndose directamente al padre, a su muerte.Después de ese acontecimiento, Elizabeth se sentía desvalida, no podía dar un paso…. Esto interpreta su parálisis. Es decir, esas palabras que decía su paciente se cristalizaban en su cuerpo: no podía andar.

Es así que con clínica desde esta orientación freudiana, podemos definir al síntoma conversivo (su parálisis) como un símbolo en la piel. Lacan diría la inscripción del significante en el cuerpo para dar cuenta de aquello que po medio d ella palabra no podía decirse.

Así, si hablamos del cuerpo histérico desde este planteo, podemos decir que el cuerpo histérico es un cuerpo que habla. Esto no es más que de lo que s trata la conversión. Un verdad inconsciente, no sabida, que habla a través del cuerpo.

Es a partir de Freud que la verdad empieza a hablar en el cuerpo hablante; pero desde que habla a verdad, hay interpretación. Esa verdad llama a una interpretación, mediante la cual esa verdad puede descifrarse.

Podemos decir que a esta altura estamos al nivel de Lacan con Freud, de una primera etapa en la enseñanza de Lacan, donde lo que prima es lo simbólico, el lenguaje, por sobre lo imaginario y lo real. Es más, el cuerpo es en este momento un concepto que cae bajo la égida de lo simbólico.

En este punto, es importante mencionar que el cuerpo en psicoanálisis no es solo un objeto de estudio, sino también un sujeto que se expresa y comunica. El cuerpo habla, y a través de sus manifestaciones, nos permite acceder a la dimensión inconsciente del sujeto.

En este sentido, el cuerpo no es solo un receptáculo pasivo de la actividad psíquica, sino un actor activo en la producción de significados. El cuerpo, en su dimensión simbólica, se convierte en un texto que puede ser leído e interpretado.

Seguiré con este tema el post siguiente.

FUENTE: REVISTA FREUDIANA NUM. 63 (2011) ELP, BARCELONA.