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El silencio

Publicado por Betina Ganim

Muchas veces los practicantes del psicoanálisis nos preocupamos demasiado por qué es lo que hay que decir, cuando más importante es cuándo hacer silencio…

silencio

Y como toda cuestión analítica se quiere llevar enseguida a la «técnica», se cae en estereotipos: entonces están los analistas que no hablan. Que no dicen nada…

El tema es que en un análisis para que uno pueda hablar, el otro tiene que callar, ya que será imposible entender algo cuando ambos están hablando al mismo tiempo.

En un análisis, se trata de un acto, una decisión de quién tiene que hablar.

Sabemos que en principio se trata de darle la palabra al sujeto; él es el que tiene que decir algo (y la apuesta es ir más allá de los hechos y los dichos que traiga un paciente….)

Luego, la pregunta, ¿y el analista qué tiene que hacer? ¿Qué sabe del «caso»? ¿El analista tiene que interpretar? ¿Y en todo caso, siempre? ¿Qué interpreta?

Porque hay que decir que el analista tarda mucho tiempo en saber algo, y esto porque un análisis no tiene que ver con hechos por descubrir; sino que más bien se trata de algo por producir allí, en transferencia.

En este sentido, en tanto el analista no sabe, tiene que hacer silencio.

Claro está que el paciente tampoco sabe; pero de ese modo de no saber es de donde tiene que surgir su verdad. Justamente a traves de esa ignorancia.

ESO SE LLAMA INCONSCIENTE: al saber que se esconde en un no saber.

La interpretación del analista entonces irá dirigida a que en el mismo lugar donde el sujeto cree no saber, en verdad sabe.

Otro punto a destacar es que el analista con su silencio, silencia sus pulsiones (siguiendo a Freud) El silencio tiene muchísimo poder en el terreno del lenguaje, y el analista en este lugar, se vuelve objeto de referencia -como objeto.

Los «dichos» del analista llegan a cercarlo de tal manera que lo pueden dejar dentro de un espiral de «dichos» que no van dirigidos al inconsciente, al decir…

Y esto es lo que diferencia un psicoanálisis de una psicoterapia.

En una «psicoterapia» se charla, se conversa con el paciente, se ponen de acuerdo en dichos, se dan consejos, se sugestiona por medio de la palabra.

En psicoanálisis NO SE CONVERSA con el paciente. El que tiene que hablar es el paciente, porque en esa cadena de significantes encontraremos al sujeto en falta, al que nos dirigiremos -si apostamos a que allí hay un saber, a que allí hay inconsciente.

Poco importa lo que dice el analista si el paciente no ha hablado aún…

Un análisis va más allá de establecer un «encuadre», y que si el paciente «se sale» del encuadre, etc. En psicoanálisis hablamos de transferencia, y para que esta se abra, mejor no saber….

Sea como sea, creo que lo que nos sirve de brújula en todo caso es la ética. La técnica en psicoanálisis está totalmente vinculada a la ética. No hay técnica sin ética. Y la ética es la del deseo.

FUENTE: MILLER,J-A «Conferencias Porteñas» Tomo I.