Hacia lo real
Hoy hablaré de lo real, seguramente concernida, aún «mordida», por los efectos que me han producido unas Jornadas a las que asistí este fin de semana en Barcelona.
El título que enmarcó los trabajos era «Goce, culpa, impunidad», dos significantes claramente presentes en el campo del psicoanálisis y un tercero que no. Pero no me meteré con ellos hoy; más bien me voy a detener en un término que `pululó» por los trabajos de estas Jornadas: lo real.
Miller, en su curso «La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica» (1998-1999) ante esta pregunta de ¿qué es lo real? dice en principio que pone en problemas la cuestión del ideal.
Cuando un paciente consulta, suele pedir querer ser otra cosa, algo del orden de que debe ser otra cosa para ser feliz…y allí puede estar detenida la queja. Siempre hay un ideal solapado por la queja, y el sujeto puede hacer de eso un síntoma. En este sentido, hay una relación entre el ideal y el síntoma: el síntoma depende del ideal, por lo que Lacan dice que el síntoma es una creencia. Se cree tener un síntoma, algo no funciona bien, y esto el sujeto lo pantea porque algo no funciona bien -como debería funcionar (ideal).
Desde la última enseñanza de Lacan, estamos hartos de decir que el síntoma es real. Pero hay que tener en cuenta que no siempre es así, considerado en ese registro.
En principio el síntoma es imaginario; es decir, una significación. Eso algo quiere decir. Es esa la creencia del sujeto en el síntoma, tiene una significación. El síntoma tiene entonces y en principio, un etatuto imaginario.
Recién cuando eso se pone a trabajar en un análisis que lo que pasa a comandar la cuestión es lo simbólico. Esa significación primera que el paciente trae respecto de su malestar, de eso que cojea, de eso que no anda, esa significación pasa a tener otro estatuto.
Y se habla del síntoma en lo real en el curso de un análisis, con la reducción de ese síntoma, esos restos sintomáticos que deja el análisis como saldo.
Miller en esta clase le da un nombre al síntoma real, el síntoma fundamental -que de alguna manera homologa a otro de los grandes conceptos del psicoanálisis: el fantasma. Sabemos que el fantasma fundamental no es lo mismo que los fantasmas, las fantasías.
Si Miller llama aquí al síntoma real, «síntoma fundamental», es tanto es la modalidad de goce del sujeto, su modo más singular de gozar.
Y esto marca un camino desde la identificación significante una identificación que da cuenta de una distancia con el ideal, que es la modalidad de goce de cada quien.
Es como si se transformara el problema de la identidad. Esto lo llevará a J-A Miller en este curso a la cuestión del sentido y su diferencia con lo real, pero tendré que detenerme aquí por hoy. Solo adelantarles la diferencia que hay entre el semblante (como un dispositivo ficcional imaginario-simbólico) y lo real (fuera de sentido)
FUENTE: MILLER, J-A. «La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica»