Historia y Real
En el conocido escrito, De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis», Jacques Lacan aborda la alucinación desde la perspectiva de su función.
La mitad de ese escrito está dedicado al «caso Schreber» que nos transmite Freud, pero Lacan allí empieza su escrito con una articulación complejísima sobre la alucinación.
Jacques Alain Miller, en su Curso «El ultimísimo Lacan» nos presentará una lectura de la alucinación que permite que captemos mejor la noción de real.
Lacan, en «Respuesta al comentario de Jean Hyppolite», diferencia la alucinación de la interpretación, del fenómeno interpretativo. Es decir, una cosa es la alucinación y otra, lo que se interpreta de ella, podríamos decir. No olvidemos que cuando hablamos de intrpretación, podemos referirnos tanto a la interpretación analítica como la interpretación propia del delirio paranoico.
Se trata de la estructura del lenguaje. Contextuemos este escrito: corresponde a esa primera enseñanza de Lacan, inaugurada con su propuesta de que el inconsciente está estructurado como un lenguaje.
De esta manera ya podemos leer una orientación a lo real, a eso que escapa a la interpretación (significante). Y Miller rescata de este escrito lacaniano que le nombré en último lugar, una palabra que insiste en el texto de Lacan: «errático». Lacan va aislando el surgimiento de la alucinación en tanto sin leyes.
En este punto Lacan retoma lo considerado por Freud: que la alucinación no responde a la represión, y aún más, que ya en Freud se podía leer que había otro mecanismo en juego, que luego Lacan tradujo como «Forclusión».
En este primer tiempo de su enseñanza, la Forlusión se trata de la abolición simbólica, la forclusión de lo simbólico. Y recordemos que la articulación significante, simbólica, es para Lacan lo que constituye la existencia en la «realidad».
Entonces, si lo simbólico es para Lacan la «condición de existencia», todo lo queda queda por fuera de lo simbólico «inexiste».. Podemos decir, lo real…
No se trata aquí, dijimos, del retorno de lo reprimido, pero sí que hay un retorno de lo simbólico forcluido…digamos que hay algo que anima a forcluido, que algo empuja eso que le adviene al sujeto, la alucinación.
Pero, dice Lacan, si hay retorno no será en la historia (simbólico) sino en lo real. Aquí mismo ya tenemos esa relación disyuntiva entre la historia y lo real.
La historia necesita al menos dos significantes, S1 y S2 y una articulación entre ellos. Es decir, una relación al Otro.
Ahí Lacan juega con el significante al punto de proponer el neologismo «hystoria» (histeria-historia) para decir que la histeria es en relación al Otro, la historia es en relación al Otro, una hystoria en la que el inconsiente es del Otro y para el Otro.
Aquí Lacan ya va diferenciando esto real que queda por fuera de la hystoria, por fuera del discurso del Otro.
Bien, me ha parecido una referencia interesante para pensar lo real, de cómo Lacan siempre se orientó hacia lo real, a pesar de haber empezado por lo simbólico para contar su «hystoria»…
FUENTE: Miller, J-A «El ultimísimo Lacan»