La duplicación de la intersubjetividad
Hoy retomaré el post anterior para pasar al segundo momento que Miller considera sobre la intervención de Jaques Lacan en el psicoanálisis. Estaría fechado en el Informe de Roma y su Seminario 1, 1953. Este momento está constituido -siguiendo a Miller en su Curso- por una escisión de la intersubjetividad.
Esa intersubjetividad que estaba dados en el estadio del espejo es duplicada por Lacan con su esquema Z en el que aparecen ya 4 términos: además de a-a», tenemos al S (sujeto) y al A (Otro).
Donde solo había una intersubjetividad, ahora tenemos dos; claro, con regímenes distintos, algo que en los primeros tres seminarios Lacan se encarga de oponer entre sí.
Cuando ya nos habituamos a este «segundo Lacna» o a este segundo movimiento lacaniano en el psicoanálisis, nos damos cuenta de la confusión que existía anteriormente cuando se trataba de abordar toda la fenomenología con esa intersubjetividad primera a-a». Es por eso que Lacan tuvo que recurrir al término «imago», que es de orden imaginario, pero tiene valores y funciones simbólicas.
Podemos decir que anteriormente Lacan hacía de lo imaginario mismo, una dialéctica y ejemplificaba su teoría del yo mediante la ley del corazón hegeliana (los remito al post en el que hablo de esto, en este mismo blog)
Si lo decimos de otra manera: antes lo imaginario estaba preñado de lo simbólico y no se distinguía de éste. Luego, en ese segundo movimiento de Lacan, lo que conocemos como el comienzo de su enseñanza propiamente dicha, tenemos ya en sentido estricto esa división, esa escisión entre dos tipos de intersubjetividad(a-a» por un lado; S y A por otro) que es lo que produce siempre la posibilidad de transmitir lo imaginario de lo simbólico.
Pues bien,, tenemos que preguntarnos en este punto qué es lo que hace necesaria tal duplicación de la intersubjetividad. En este punto nos encontramos en un problema que no se explica en la obra freudiana. Es por eso que esta introducción de la intersubjetividad que hace Lacan, como centro de la experiencia psicoanalítica, la importa de la filosofía; en particular, se trata de la herencia de la fenomenología, remodelada por el psicoanálisis.
Lacan hace una partición entonces de lo imaginario y lo simbólico que permite una transformación de la lectura de los textos freudianos. Esto, como recuerda Miller, se hace sin embargo, desde fuera de la obra de Freud.
Esa división o duplicación d ella intersubjetividad permite contar con el concepto de estructura, por la necesidad que esto introduce respecto de cidros «elementos» discretos, separados entre sí (a a saber, los significantes) y las nociones de «lugar» y «permutación» de cierto número de elementos, en un número determinando y finito de lugares. Es a partir de la introducción de la Estructura, que esto s convierte en una constante en la enseñanza de Jacques Lacan.
En el seminario IV, dice Miller, no solo se trata de la elaboración de la teoría del objeto, sino que a lo largo de este año, cuando Lacan va elaborando el famoso cuadro de la castración, privación, frustración, da cuenta Lacan de este funcionamiento permutativo y estructural.
FUENTE: MILLER, JACQUES-ALAIN. «DONC. LA LÓGICA DE LA CURA» LOS CURSOS PSICOANALÍTICOS DE JACQUES-ALAIN MILLER. ED. PAIDÓS.