La «mujer moderna»
En el post anterior les hablé de esa figura clásica de la mujer, «la patrona»,esa con la que sus maridos tienen algunos problemas en la cama…
También les decía que la caricatura de «la patrona» ya no es necesariamente con la escoba o el palo de amasar en las manos, sino que hay semblantes más actuales…aunque en definitiva la finalidad de goce es la misma.
Hoy en día lo que estas mujeres llevan en sus manos son por ejemplo las llaves del coche, como cetro de su poder fálico. También está el tema de que estas mujeres fálicas actuales ya no necesitan hijos, o al menos no necesitan a sus maridos para concebirlos…
Sabemos que hoy en día las mujeres asumen funciones políticas importantes en todo el mundo; también a nivel profesional y empresarial. Cada vez más las mujeres asumen lugares y funciones que anteriormente, tradicionalmente, estaban destinados casi exclusivamente a los hombres.
La cuestión es que este nuevo «modelo de mujer» se queja de que los hombres se asustan, retroceden al verlas con las llaves de su coche en las manos, o con solo mostrarles el apartamento en el que viven.
Eso, parece, como dicen en España, «acojona» a los hombres, que devienen «pequeños hombres» ante semejante potencia en estas mujeres. Eso hasta puede llegar a dar cuenta d ela impotencia de los hombres (en todo sentido, desde laboral o profesional hasta su impotencia sexual)
Esto, les puedo asegurar, cada vez más acojona a los hombres; aún en mayor nivel que los palos de amasar…
Podemos decir que es la castración la que distribuye sus semblantes («ahora la que tengo soy yo, tú ya no»)sus «vestimentas»: la venganza femenina por un lado; la humillación masculina, por otro.
Ocurre que estas mujeres han dejado de plantear sus denuncias con el modo «somos su objeto». Y han pasado a tomar a los hombres como sus objetos. Está muy de moda el concepto «chongo» para hablar de estos hombres con los que ellas solo tienen algunos moemntos en la cama, y no se pretende más (desde ellas), «objetos sexuales»…
Clase de mujeres que «hacen el hombre» pero sin tener maridos ni novios ni parejas estables. Sin mediación, ellas toman su lugar.
Las mujeres llamadas «hipermodernas», las que muestran sus falos-llaves, sus falos-departamentos, sus falos-trabajos ejecutivos en altas empresas, etc, estas mujeres parecen estar muy lejos de aquellas «patronas» que organizaban su hogar, la vida des us hijos y de sus maridos; parecen estar muy lejos de ser las «pasivas» en la pareja…
Pero a lo que se llega en el «hueso» de un análisis -que es lo que me interesa plantear aquí, más allá de los semblantes- s que se sigue verificando que detrás del velo de las diferentes identificaciones, la modalidad del goce sigue siendo la misma: fetichista en el hombre, erotómana en la mujer.
Es por eso, que más allá de la repartición sexual que toque, más allá de los semblantes, la apuesta es a que será el sinthome el medio de gozar cada cual del cuerpo del Otro, del cuerpo del partenaire, a partir de la No relación sexual.