Las dos fases de un tratamiento
Freud siempre sorprende; o por lo menos siempre me sorprende a mí, cada vez que vuelvo a sus textos. Pero hay una verdad que tiene que ver con mi orientación teórica y clínica: lo leo sin dudas desde Jacques Lacan y el exhaustivo trabajo que llevó a cabo a lo largo de toda su enseñanza, de la cual sabemos que los primeros diez años se trató de una lectura de los textos freudianos.
Es así que leyendo el caso de Freud, conocido como «el caso de la joven homosexual», me sorprendo al leer la introducción, en relación a la «metodología» que nos transmite en relación a la dirección de un tratamiento, a la dirección de la cura.
Y si lo leo desde Lacan, lo hago desde la orientación en la clínica psicoanalítica que no es más que una orientación lógica. Ya he hablado de las «entrevistas preliminares» en este blog, y de su importancia en la cura y en el tratamiento con los pacientes.
Freud allí en ese texto que escribió en 1920 -antes de «Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos» y antes aún de «Sobre la sexualidad femenina»- da cuenta de todos los lineamientos teóricos que tiene para abordar el caso de esta joven.
El padre, un hombre muy recto, demasiado, está muy preocupado por la actitud homosexual de su hija, actitud que él mismo había repudiado y castigado ya desde la infancia (la paciente tenía entonces 16 años), y que cada vez era más evidente. No solo estaba preocupado por la elección supuesta de su hija, sino de la reputación de la dama a la que su hija le dirigía toda una serie de actos heroicos, al punto de ser comparada esta actitud con el caballero y el amor cortés hacia la dama.
Bien, pero no me meteré con el caso, sino de lo que allí extraigo en relación con la dirección del tratamiento, una orientación lógica: si no se da la «fase uno», no puede pasarse a la «fase dos». De todos modos debo decir que me detuve más bien en la primera, ya que en la segunda fase es más dificil seguir a Freud…
Entonces, Freud plantea que todo análisis se divide en dos fases, y que de hecho, están claramente divididas: una de ellas consiste en que el analista deberá trabajar activamente en «recopilar» todos los datos necesarios de su paciente. Podemos decir que eso para nada implica tener cuestionarios prefabricados, estandarizados, nada de eso. Se trata de la escucha activa y orientada por los fundamentos de la teoría psicoanalítica. Podemos decir que no se trata de recopilar información sin orientación alguna…o amontonar datos y hechos, sino que de todo ese material que el paciente trae, extraer la enunciación: la posición del sujeto respecto de los hechos y datos que nos proporciona.
La segunda fase, que como dice Freud, está claramente separada de la primera, el paciente es el que debe trabajar más, respecto de lo que va diciendo. Se apropia del material, dice Freud, y de lo reprimido. Es la apertura del inconsciente como motor del tratamiento lo que tiene que ver con esta segunda fase: el análisis propiamente dicho.
FUENTE: FREUD, S. «Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina» Obras Completas.