Las Hipnosis y Sigmund Freud
Resulta enigmática la sugestión hipnótica.
Algunos métodos psicoterapéuticos modernos, como por ejemplo la Psicología Cognitiva, utilizan la hipnosis como tratamiento, para erradicar hábitos no saludables, fobias o depresiones que perturban la vida de sus pacientes.
Este método de curación, fue utilizado antiguamente en forma frecuente en el ámbito psiquiátrico, a veces como fórmula habitual y otras con fines relacionados con la investigación.
Sigmund Freud, a fines del siglo XIX, desde el Psicoanálisis, escribió y publicó el caso de una curación obtenida mediante la sugestión hipnótica.
Se trata del caso de una madre que no tenía ningún antecedente psiquiátrico, que se sentía imposibilitada de amamantar a su segundo hijo recién nacido.
Con el primer hijo, esta madre tampoco había podido lograrlo, a pesar de sus deseos, pero para ese entonces Freud no había tenido la oportunidad de intervenir.
Además de no tener éxito con la lactancia, esta paciente vomitaba todo alimento, no podía dormir y además se sentía deprimida por su incapacidad para amamantar.
Tanto su familia como ella no confiaban demasiado en métodos no tradicionales, pero aceptaron la intervención de Freud aconsejados por sus médicos.
El afamado psiquiatra concurrió a su domicilio y procedió a hipnotizarla mirándola fijamente a los ojos e induciéndola al sueño.
Aunque este destacado profesional reconocía no poseer mucha habilidad para producir la hipnosis en sus pacientes, en este caso, al cabo de tres minutos logró su intento.
Mediante la sugestión procedió a aliviar todos los temores de su paciente y todas las sensaciones que sentía físicamente, pronunciando palabras estimulantes y positivas que trataban de transmitirle la idea de estar ya curada y en perfectas condiciones para amamantar a su bebé.
Al día siguiente, la joven mujer experimentó una gran mejoría general que sólo duró hasta la hora del almuerzo, en que se reanudaron sus trastornos gástricos.
Por lo tanto, en la segunda visita del médico mostró los mismos signos del día anterior, decidiendo Freud recurrir nuevamente a la hipnosis, pero esta vez en forma más enérgica.
En la tercera visita, esta paciente no necesitó más continuar con este tratamiento porque había recuperado la salud y pudo reanudar la crianza de su bebé continuando normalmente dándole de mamar durante ocho meses.
Un tercer hijo volvió a presentarle el mismo problema digestivo y las dificultades para amamantarlo, por lo que volvió a solicitar a este médico el mismo tratamiento.
La primera sesión de hipnosis, como anteriormente había pasado con el segundo hijo, no dio ningún resultado; pero luego de la segunda entrevista desaparecieron todos los síntomas.
Cabe destacar, que ni la paciente ni su marido querían reconocer que el hipnotismo pudiera lograr más resultados que la fuerza de voluntad.
Según Sigmund Freud, el mecanismo psíquico que ocasiona este trastorno se basa en las representaciones, o ideas, vinculadas a una expectativa, que dependen de la importancia del suceso y la inseguridad sobre las expectativas, que Freud denominó representaciones contrastantes penosas.
Estas representaciones penosas son todos los obstáculos negativos con los que se piensa se puede tropezar para lograr los objetivos deseados, mecanismo que también se produce en las fobias.
En las neurosis existe una tendencia a la depresión anímica que hacen surgir todas estas representaciones, como una general inclinación hacia el pesimismo y la desconfianza del sujeto con respecto a su propio rendimiento.
Se convierte así en una voluntad contraria a lo que se desea mientras la voluntad positiva permanece inmóvil, siendo ésta una forma característica de la histeria.
Freud calificó a esta paciente como un caso de histeria de ocasión porque se manifestó debido a un motivo ocasional, el nacimiento de un bebé, que fue el que le produjo todos los síntomas.