Breuer
Cuando Freud fue invitado a los Estados Unidos en 1909 a dar una conferencia sobre psicoanálisis, junto a C. Jung, Freud le dice a este que no saben que él llegará a América trayéndoles “la peste”…
Es una anécdota que fue retomada por el guionista del film «Un método peligroso», y creo que hay que sacarle el jugo que merece…
Ahora me dedicaré a estas conferencias, de las cuales contamos con la reescritura que hiciera Freud mismo y que fueran publicadas en 1910, las «Cinco conferencias sobre psicoanálisis».
Freud comienza su primer conferencia confesando la dificultad propia que implicaba dar una conferencia sobre psicoanálisis en el Nuevo Mundo. Frente a un auditorio “ávido de saber”.
En esa primer brillante conferencia, Freud intenta sintetizar los aspectos del psicoanálisis, básicos -en el sentido de fundamentales- respecto de su historia, su origen y su evolución como método terapéutico.
Esta es el único texto en el que a modo de homenaje (lo que sabemos por una Nota posterior de Freud) le adjudica al doctor J. Breuer el nacimiento del psicoanálisis.
Breuer era un médico vienés que en 1880 aplicó un tratamiento hipnótico a una de sus pacientes. Un médico al que Freud consideró su maestro.
En esa conferencia, Freud, ante un público no médico, se propuso convencer a los presentes de la eficacia del método terapéutico, trayendo a colación un caso clínico de Breuer, el que conocemos como el caso Anna O.
Esta paciente de 21 años, muy inteligente por cierto, tuvo en el desarrollo de su enfermedad algunos síntomas corporales y anímicos bastante serios.
En el cuerpo se registraba una parálisis total en los miembros derechos, una insensibilidad total en los mismos -y a veces en los miembros del lado izquierdo. También problemas en la visión, tos nerviosa, asco a los alimentos, hasta el punto de dejar de alimentarse, como así también icapacidad de beber agua, a pesar de que la sed la terminaba martirizando.
Junto a esta sintomatología corporal, la paciente había perdido el habla, tenía estados de confusión y ausencia, y algunos delirios que teñían toda su “personalidad”.
Ahora bien, lo que plantea aquí Freud es que ante tal sintomatología, los médicos supondrían una afección cerebral grave. Pero en el momento de verificar que sus órganos no estaban dañados, dejarían de prestarle atención a esos síntomas, y por ende, al paciente que los portaba.
Es que desde la medicina griega, conocían ese diagnóstico de Histeria. La histeria era entonces considerada un estado “enigmático”, que implicaba la capacidad de “simular” graves cuadros sintomatológicos.
La paciente de Breuer era justamente uno de esos “casos” en los que se daría ese diagnóstico.
Pero la particularidad del cuadro la supo apuntar muy bien Breuer en cuanto a que los síntomas de esta paciente habían aparecido en el momento de cuidar a su padre enfermo. Un padre al que ella amaba tiernamente, y que había muerto a causa de una grave dolencia.
En ese tiempo que duro la enfermedad del padre, Anna O. había estado junto a su lecho, cuidando de él día y noche.
En relación al saber médico, podemos decir que hasta aquí se unían los caminos, ya que el diagnóstico de histeria era conocido y compartido; la diferencia era la actitud del médico ante esas dolencias. El médico, con su saber anátomo-patológico, no podía entender qué pasaba con estas pacientes, y en ese punto estaba en el mismo lugar que cualquier lego en la materia.
Así, estos enigmáticos pacientes se le presentaban como cuestionadores de su saber ortodoxo, y los médicos los acusaban de seres malignos y exagerados en sus dolencias.
Freud en esta conferencia rescata la posición de Breuer, quien no incurrió en el error del médico, sino que le brindó todo su interés y simpatía, aunque no supiera muy bien cómo abordar tal dolencia.
Es así que comenzó con el método hipnótico, a partir del cual, las pacientes hablaban, catárticamente, rememoraban escenas traumáticas y el síntoma cedía.
Como he resaltado en algún momento, ese fue un método que primero Freud aplica también pero luego abandona por verificar que no era necesario, los pacientes hablaban igual…
Ahora podemos decir que es esta la primera teoría del síntoma histérico.
Mucho se ha avanzado desde la teoría psicoanalítica, pero he aquí el origen.