Cuando llega ¡Eureka!
Algo te preocupa. Una situación que te genera ansiedad, nerviosismo; un problema al que no encuentras solución o un vacío creativo que te no te deja avanzar en ese relato que estás escribiendo. Parece que nunca se va a aclarar, que nunca se disiparán los nubarrones negros. De repente, a veces por arte de magia y otras tras un periodo de reflexión efectiva, nos sentimos, súbitamente, iluminados porque tenemos justo delante de nuestras narices el quid de la cuestión. Éste es un fenómeno cognitivo denominado insight o «darse cuenta».
Una vez tiene lugar, todo vuelve a cobrar sentido y se impulsan nuevos procesos cognitivos que son liberados tras su «cautiverio». Los aprendizajes se revelan, la creatividad entra en ebullición, y las soluciones a los problemas brotan. Entonces, algo se activa en nuestro interior y sentimos una emoción difícil de definir porque ahora, por fin, todo encaja. Nuestro cerebro reorganiza la información hasta que la integra de una manera tan perfecta que surge la comprensión.
Las terapias psicológicas que están orientadas al insight comparte unos objetivos terapéuticos muy definidos cuyo fin último es provocar en el sujeto un cambio o transformación personal. Buscan conectar cuerpo, mente y circunstancias, dando un papel determinante a la reestructuración cognitiva. Por eso, en personas con trastornos mentales importantes, la capacidad de generar insight se ve seriamente limitada, lo que dificulta la curación y la comprensión de sí mismo. No obstante, sólo se trata de un factor más a manejar en terapia en combinación con otros. Su exclusividad para delimitar el éxito del tratamiento no es posible debido a la importancias que ejercen las variables personales (estado mental, capacidad intelectual, tipo de sotuación, etc) para que que se produzca el insight.
Las personas que gozan de cierta facilidad para producirlo suelen ser maduras, empáticas, mentalmente flexibles y asumen sus responsabilidades con naturalidad. Es posible entrenarlo con las orientaciones adecuadas por lo que podemos mejorar nuestras habilidades de insight y aumentar su probabilidad de aparición.
Pero este concepto nos es exclusivo de la Psicología, por lo que otros ámbitos como la publicidad, la moda o la literatura o el deporte también se benefician del factor sorpresa inherente al fenómeno del insight. La mayoría de las veces, un cambio de perspectiva, de lentes con las que miramos, nos conducen a nuevos caminos y aventuras que nos arrastran hacia una nueva realidad. La apertura de miras siempre suele regalarnos mundos y esferas desconocidas hasta entonces para nosotros que nos provocan progreso y satisfacción, de manera que hacemos lo posible por repetir esos patrones de conducta que hacen aflorar sentimientos de bienestar.
De todo lo anterior extraemos unas cuantas conclusiones. En primer lugar, que el secreto reside en la toma de conciencia que da lugar a un desbloqueo. Para continuar, que el insight se manifiesta de tres maneras: intelectual, emocional o estructural y, para finalizar, que actúa como motor de cambio. Estamos, pues, ante un concepto cuya inclusión como un elemento cognitivo más en el entorno terapéutico de cualquier naturaleza, colaborará en mejorar su efectividad.