La Conducta
Es más fácil curarse de una enfermedad terminal que cambiar una conducta.
Si la conducta cambia, cambia también el cuerpo y se curan las enfermedades.
Estudios psiquiátricos realizados a personas con personalidad múltiple registraron que esos pacientes al cambiar de personalidad, cambiaban también sus atributos físicos; por ejemplo, los que tenían lunares con una personalidad se le borraban cuando se comportaban con la otra personalidad.
Estos pacientes también registraban cambios en el color del pelo y los ojos, y en el nivel de glucemia en la sangre cuando adoptaban la personalidad que sufría de diabetes.
La conducta es la responsable del bajo rendimiento en la escuela, de muchos trastornos funcionales, orgánicos y psíquicos, de todas las adicciones, de las dificultades en las relaciones interpersonales, de la destrucción de los vínculos y de los problemas económicos y sociales.
Todas las actividades de la vida se relacionan estrictamente con nuestra conducta y con los resultados que ella provocan.
En Italia, la ministra de Educación, Mariastella Gelmini, impulsa una reforma de la enseñanza en la cual incluye la introducción de la nota de conducta como requisito para aprobar.
Consideran que este nuevo recurso se hace necesario para controlar con mayor eficacia los desbordes en clase que no permiten a los maestros enseñar, ya que los alumnos no respetan la disciplina escolar ni tampoco a los profesores.
La comunicación y el entorno social pueden tener en los niños efectos en su conducta, y en su adaptación y desarrollo intelectual, siendo la continencia afectiva el factor clave para generar las mejores condiciones de crecimiento.
El malhumor generalizado de la población, así como la ansiedad, el estrés y la angustia de los adultos, puede afectar la conducta de los niños, volviéndose éstos hiperactivos y perdiendo la capacidad de atención.
Los problemas de aprendizaje y de conducta deben ser tratados en la niñez, con el correspondiente control y estímulo adecuado posterior a lo largo de la infancia y la adolescencia.
En los adultos, las expresiones más comunes de un ambiente social enrarecido por la mala onda son la baja productividad individual, la irritabilidad, la falta de concentración, el aislamiento, las adicciones a drogas, el desinterés y el rechazo, y la trasgresión de las leyes.
Con respecto a enfermedades como la artritis, los dolores que sufren los pacientes los obliga a permanecer demasiado tiempo en reposo y los desalientan a realizar cualquier movimiento, creándoles el hábito de la conducta sedentaria.
El Dr. Pablo De Caso, integrante del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Austral lleva adelante un programa de manejo personal de la artritis reumatoidea.
Este programa dura seis semanas y luego se puede continuar en el hogar.
Se trata de una práctica diaria de ejercicios de estiramiento y relajación; y de flexibilidad, como bailar o caminar, que mejoran además el funcionamiento cardiovascular y pulmonar.
Este programa ha demostrado que una rutina diaria de treinta minutos con ejercicios de intensidad leve a moderada permite controlar el dolor, la rigidez muscular y la fatiga que produce esta enfermedad crónica que ataca las articulaciones.
En cuanto a la hipertensión, un estudio realizado en las salas de emergencia de 31 hospitales del país demuestra que media hora de reposo en una habitación a media luz, sin ruidos ni conversación es suficiente para estabilizar a 3 de cada 10 pacientes que llegan a la guardia del hospital con la presión muy por encima de los límites peligrosos para el corazón, el cerebro y los riñones.
Las arterias se vuelven rígidas debido a su reacción al exceso de adrenalina que el organismo produce por el estrés y la presión sanguínea sube.
El estrés afecta siempre las áreas del cuerpo más vulnerables que tiene una persona, que puede sufrir además, de gastritis, de psoriasis o de broncoespasmos.
Este estudio del Dr. De Caso demuestra una vez más, como un cambio de conducta puede cambiar la fisiología del cuerpo y la eficacia del reposo como herramienta terapéutica.
Hasta hace algunos años, el principal síntoma de Alzheimer era la pérdida de memoria, sin embargo hoy en día en el 45% de los casos se detecta a través de la presencia del síndrome de trastorno conductual que se manifiesta como apatía, agitación, ansiedad, desinhibición, euforia, abandono de la higiene personal, insomnio, indiferencia, impulsividad, irritabilidad y cambios en la dieta.
La conducta de una persona está siempre expresando algo. Aún no haciendo nada, transmite información, emociones, actitudes, habilidades y también síntomas de enfermedades.