Prevención de Accidentes de tránsito
Para renovar la licencia para conducir un vehículo, en el Automóvil Club Argentino, es necesario asistir a una clase obligatoria de educación vial, de importancia para los automovilistas que arriesgan sus vidas en las calles y rutas por no observar las reglas de tránsito ni conocer la alta estadística de hechos fatales que se producen.
La Argentina ocupa el segundo lugar en América Latina en accidentes de tránsito, y lo más grave es que todas estas muertes se podían haber evitado.
Existen muchas leyes que es obligatorio cumplir para conducir un vehículo, pero hay algunas que se pueden considerar fundamentales y que nadie debería ignorar si decide tomar el volante. Por ejemplo, la obligación de usar el cinturón de seguridad que sólo respeta menos del cincuenta por ciento de los conductores, ya que el resto circula sin ellos por distintos motivos personales, que parecen ser más importantes que su propia vida y la de sus familiares.
Los cinturones de seguridad de los asientos de atrás, que casi siempre son ignorados, son tanto o más importantes que los de adelante, porque en caso de producirse un choque a sesenta kilómetros de velocidad, el peso de cada una de las personas que viajan en el asiento de atrás se multiplica por treinta.
Al chocar el vehículo, alguien de cuarenta kilos, sentado atrás, se convertirá en un proyectil humano de mil quinientos kilos debido a la fuerza que generará el impacto y saldrá proyectado al exterior o bien aplastará a todo lo que encuentre a su paso, incluso a los pasajeros de adelante. Ese mismo choque no tendría consecuencias graves si todos se hubieran puesto su cinturón de seguridad y si no hubiera ningún objeto contundente suelto en el vehículo.
En cambio, puede terminar con una familia entera sólo por no respetar una norma que todo el que maneja debería cumplir en forma automática, cuando sube al vehículo, sin necesidad de tener que pensarlo.
Otras de las leyes de tránsito fundamental que muchos ignoran y no respetan es cuando conducen después de haber ingerido alcohol, drogas o algún medicamento recetado con los mismos efectos, como pérdida de los reflejos, desinhibición, conducta desafiante y violenta.
En muchos países la prohibición de alcohol es absoluta, en cambio en el nuestro está permitido conducir habiendo ingerido el equivalente de alcohol que contiene aproximadamente medio vaso de vino o un vaso de cerveza.
Los teléfonos celulares también causan accidentes graves, aunque no exijan utilizar las manos, porque impiden prestar atención al tránsito; sin embargo, pese a la prohibición, la mayoría hace uso de esos aparatos mientras maneja e incluso los utilizan en las estaciones de servicio mientras cargan nafta, sin saber que pueden producir una explosión si dicho aparato entra en contacto con los gases que emite la máquina expendedora.
Veinte personas por día mueren en nuestro país debido a accidentes de tránsito, la mayor parte menores de 35 años; gente que malogra sus vidas por negligencia, imprudencia, inconciencia o distracción.
Muchos de estos imprudentes automovilistas, acostumbran hacerse chequeos médicos periódicos para prevenir enfermedades porque temen enfermarse; pero no dudan en tomarse una cerveza antes de subir a su auto, ni en usar su teléfono celular mientras manejan a alta velocidad, sin tener colocado su cinturón de seguridad. Parecen no tener conciencia de la alta probabilidad que tienen de chocar con su vehículo y morir en un accidente de tránsito.