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Niños y Prevención en Salud Mental: ¿Qué pueden hacer los padres?

Publicado por Lic. Maria V.

Como hemos desarrollado en artículos anteriores la Infancia/Niñez no es un concepto que haya existido desde siempre.

Anteriormente, el trato hacia los niños no difería mucho del que se daba entre adultos. No existía  conciencia de las necesidades particulares que requería un individuo en esta primera etapa de la vida.

Por esto mismo, podemos decir que las elaboraciones sobre la Niñez son relativamente recientes desde el punto de vista histórico.

Si bien desde la Psicología hay gran número de autores de distintas ramas que abocaron su estudio a la Infancia y Niñez, aún quedan pendientes muchas iniciativas en lo referente a la prevención y promoción de la Salud Mental en este contexto.

Respecto al termino Prevención. La clasificación clásica, propuesta por Caplan, distingue la prevención primaria, secundaria y terciaria. Refiriéndose cada una al objetivo a evitar, yendo desde la prevención de casos de patología en general, a evitar el desarrollo de tales casos y en última instancia a evitar la gravedad en la población que ya la padece.

Según Gordon, la prevención puede dividirse en Universal, Selectiva e Indicada. Dependiendo del tipo de población que se tome como objeto. La universal implica un tipo de prevención destinado a la población general, sin seleccionar particularmente a quienes se los considera con mayor vulnerabilidad y riesgo.

Las campañas preventivas deberían llevarse a cabo en todos los niveles, fundamentalmente porque las problemáticas de salud mental no siempre están encuadradas en una población de riesgo. Desde el punto de vista social, muchos niños criados en hogares sin carencias económicas, y con su familia constituida, por ejemplo, pueden experimentar una Infancia o Niñez que colabore al desarrollo de Psicopatologías.

Así, es necesario promover estrategias de prevención universal, que lleguen a toda la población.

El asesoramiento a padres es fundamental en esta cuestión, ya que muchas veces la información adecuada no llega o no puede ser tomada en cuenta por cuestiones particulares.

Así, la recomendación está en que siempre se pueda trabajar o elaborar los conflictos de los padres al momento de criar a sus hijos.

Todo lo que los adultos no elaboramos o no podemos pensar de nosotros mismos, nos impide observar lo que transmitimos a los niños. De modo que la terapia personal, y la capacidad de revisión e introspección son esenciales para poder tomar las acciones adecuadas a tiempo.

Por otro lado, es necesaria la información correspondiente. Muchos padres no saben qué es aquello que deberían garantizar a sus hijos para promover un desarrollo adecuado.

El cuidado, muchas veces se restringe a lo material, a un buen Colegio y en muchos menos casos, a una buena alimentación. Pero la realidad es que el Cuidado y la Crianza con conceptos integrales que abarcan muchas áreas.

El principal componente tiene que ver con el tiempo. La crianza demanda y requiere de tiempo. Presencia real de quienes constituyen el sostén de referencia para el/la niño/a.

Aquí, existe el principal problema, porque los padres de hoy no tienen tiempo. O no lo crean.

El tiempo, en estas circunstancias, se debe crear, aprovechando los espacios del compartir y construyendo momentos vinculares que otorguen calidad a ese tiempo.

El tiempo por sí solo no es nada. Una madre puede estar todo el día con su hija o hijo, sin prestarle ninguna atención, no teniendo este tiempo ningún valor.

Los espacios que deben fomentarse en especial con niños y niñas más pequeños/as incluyen la acción de jugar y compartir escenarios creativos.

El juego creativo, componente esencial de la prevención en salud mental, debe ser estimulado por el adulto. Y para eso, el adulto debe inicialmente participar:

Proveer materiales que impliquen el descubrimiento por parte del niño, y desplegar la capacidad de asombro.

Además, el adulto en contacto con la capacidad de asombro se vuelve más creativo, permitiéndole desarrollar sus fortalezas y crecer en su función parental.

Jugar juntos, descubriendo, compartiendo y, a la vez, constituyéndose el niño  o la niña subjetivamente en ese vínculo. Esta es la actividad promotora y preventiva de la salud mental por excelencia.

En el próximo artículo profundizaremos en actividades que se consideran esenciales para el despliegue de la función creativa, del juego y de lo vincular en la Infancia y Niñez.