La Paz Interior
La paz interior es el triunfo sobre la mente inferior, sobre los deseos y los anhelos y depende de uno mismo Es inútil buscarla en las cosas o en cualquier fuente externa.
La paz interior es la liberación de toda perturbación, de la ansiedad, la violencia, el descontrol y la agitación. Es el fin de la lucha contra los otros y también contra uno mismo.
El que tiene paz interior está libre de conflictos, porque no se encuentra dividido y no necesita muletas ocasionales ni apoyos.
El hombre tiene el derecho de vivir en paz, porque ese es su estado natural, sin embargo, aunque todo el mundo desea la paz es difícil mantenerla.
Solamente los sabios, las personas bondadosas y los santos tienen el corazón en paz, porque han logrado controlar sus sentidos y su mente inferior.
Los enemigos de la paz son las emociones negativas como las pasiones, los celos, la envidia, el odio, el orgullo y el egoísmo; porque son los deseos mundanos los que producen inquietud y conflictos.
La paz interior no se puede comprar ni la puede lograr nada externo, puede ser la condición de un desposeído y una quimera para un rico.
Todo lo que nos rodea es efímero y cambia permanentemente, porque está condicionado por el tiempo, el espacio y la ley de causalidad. Es imposible tener seguridad plena en el afuera, que nos permita vivir en una paz duradera, solamente el silencio interior hace que cualquier dificultad que perturba nuestro equilibrio, desaparezca.
La paz permite el crecimiento y el desarrollo, y es el bien más preciado por todos que permite acceder a la dimensión espiritual; y solamente de la paz puede surgir la verdadera civilización.
La paz es el estado natural del hombre que permite el equilibrio interior, resuelve las dificultades y hace posible el crecimiento y el desarrollo.
La vanidad produce roces y peleas y arrastra al hombre a pretender reformar la sociedad sin haber empezado primero por estar en paz consigo mismo.
La paz del mundo no es un asunto externo, porque empieza en la interioridad de los individuos y no con armamentos cada vez más sofisticados que amenazan la vida en la tierra.
Si el individuo se reforma a sí mismo la sociedad se reforma por sí sola; y esta es la única garantía de paz absoluta en forma definitiva.
Para tener paz interior hay que perdonar, porque el perdón libera de la más pesada de las cargas y proporciona libertad auténtica.
El perdón es un proceso interno que nos libera del pasado y nos permite evolucionar.
El perdón es salud, autorrealización y crecimiento interior; termina con el miedo, el odio y el sufrimiento y le abre el camino al amor, que es una energía firme, serena y compasiva que hace surgir las mejores posibilidades, capacidades y recursos.
Sólo el que tiene paz interior puede ser bondadoso, porque no tiene que defender ningún interés egoísta y está libre de las ilusiones de su entorno.
Fuente: Centro Internacional de Yoga Sivananda Vedanta