La Psicología Forense y el Control de los Delitos
La Psicología Forense es la rama de la Psicología que forma profesionales para colaborar con los servicios de seguridad de una comunidad en la prevención e investigación de delitos.
Puede actuar como asesor, mediante la elaboración de informes, que contengan datos con la evaluación de las características de la personalidad de los sospechosos, sus motivaciones relacionadas con la víctima, sus posibles relaciones interpersonales atípicas y la constatación de la existencia de psicopatologías previas o actuales.
Tambien pueden confeccionar estadísticas, psicodiagnósticos y cualquier otra técnica de investigación; buscar pruebas; actuar como mediador, y estudiar los hechos en su conjunto desde el punto de vista psicológico y de la conducta.
Las funciones específicas dependerán del lugar donde sea asignado según el área de la institución policial que ocupe.
Los detectives de las reparticiones policiales que investigan delitos, también tienen buenos conocimientos de psicología, imprescindibles para esclarecer los casos más difíciles.
Saben por ejemplo, que cuando se produce un crimen, lo más altamente probable es que el o los responsables sean personas cercanas a la víctima, principalmente familiares directos, como esposos, esposas, hijos, hermanos y hasta los progenitores.
La familia y el círculo de allegados son por lo general los que tienen las más variadas motivaciones para deshacerse de alguno de ellos.
Los crímenes pasionales son los más comunes y generalmente más fáciles de esclarecer cuando ocurren en forma violenta e impulsiva; en tanto que los premeditados pueden ser más difíciles y a veces pueden no resolverse nunca, principalmente si se trata de personas de alto nivel adquisitivo que han utilizado los servicios de un sicario para cometer el hecho por dinero.
Efectivamente esto se comprueba analizando la población encarcelada, que en su mayoría es gente de escasos recursos, bajo nivel de educación y sin ocupación fija.
La última persona que vio a la víctima con vida o la que descubrió el hecho también puede ser potencial sospechosa principalmente si se descubre también el posible motivo.
Los motivos más comunes para cometer un crimen son pasionales o sexuales, por dinero (herencias, deudas, negocios), o por el control del poder en cualquier circunstancia.
También las estafas y defraudaciones pueden necesitar la participación de un psicólogo forense y los delitos cometidos por personas adictas a las drogas o al alcohol.
La psicología forense también se ocupa de la recuperación de los que están cumpliendo alguna condena para tratar de reinsertarlos en la sociedad para evitar que vuelvan a reincidir en el delito. Porque la mayoría de los presos son personas que han cumplido varias condenas y a veces en las cárceles es donde se puede aprender a delinquir o a organizar una banda.
La recuperación comienza con la educación, y lo mejor es orientarlos vocacionalmente para que aprendan un oficio, terminen el ciclo primario y secundario o bien si así lo desean puedan hacer una carrera universitaria, aún estando presos.
La cárcel no debería hoy en día seguir siendo un castigo; sino el lugar donde tienen que estar las personas que no se adaptan a las normas sociales con la posibilidad de rehabilitarse o continuar desarrollándose aún estando presos.
Cualquiera de nosotros puede llegar a matar, si las circunstancias así lo exigieran, y aún aquellos que matan sin motivos aparentes son dignos de seguir viviendo, apartados de la sociedad, pero en condiciones humanamente aceptables.
En esta época la pena de muerte ya no debería existir, porque también consiste en quitarle la vida a una persona y eso es hacer lo mismo que hicieron ellos.
Estar en la cárcel con cadena perpetua puede significar una pena aún más dura que la muerte para la mayoría. Además las estadísticas demuestran que la pena de muerte no disminuye la cantidad de delitos.