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El lenguaje y la personalidad

Publicado por Malena

el lenguaje y la personalidad

El psicólogo James W. Pennebaker, investigador de la Universidad de Texas, comparte el criterio de que a través del lenguaje oral y escrito, se puede conocer la personalidad; en este caso, tanto de oradores como de escritores; mediante un programa de análisis de textos, ideado por él, denominado Linguistic Inquiry and Word Count (LIWC) (Encuesta lingüística y Recuento de palabras por ordenador).

Es indudable que toda expresión humana refleja rasgos del carácter y modos de pensar; por otra parte, todos los tests proyectivos se basan en este concepto. Ya a principios del siglo pasado, Freud veía la relación con el inconsciente que tenían los actos fallidos, o sea, los aparentes errores que se cometen, contrarios al propósito consciente, y los chistes.

Todos sabemos que se puede leer entre líneas el mensaje no explícito del autor de un escrito, aunque se esfuerce en ocultarlo.

Lo relativamente nuevo, en este caso, consiste en que es posible descubrir el carácter de los que escriben, por medios electrónicos sin siquiera tomarse el trabajo de leer el texto; porque contrariamente a lo que se puede suponer, lo que revela más datos de la persona que escribe o habla, para este investigador, no es el contenido propiamente dicho de la información sino las palabras que parecen menos importantes, como por ejemplo, los pronombres, los artículos y las conjunciones, debido a que su uso es más inconsciente.

Este programa de análisis de textos surgió a partir del interés del autor, como psicólogo, sobre la importancia de la escritura expresiva, que utilizaba como técnica terapéutica, que le permitía a sus pacientes elaborar sus experiencias traumáticas. La riqueza de estos contenidos reflejaba tanto los rasgos de su carácter, como también la evolución del tratamiento.

Además de la aplicación terapéutica, el LIWC también ha demostrado ser una herramienta útil en el ámbito de la psicología forense. Por ejemplo, los investigadores han utilizado el programa para analizar las declaraciones escritas de los sospechosos de delitos, buscando patrones de lenguaje que puedan indicar engaño. Los resultados de estos estudios han demostrado que los individuos que mienten tienden a usar menos pronombres de primera persona y más palabras negativas, lo que sugiere un intento de distanciarse de sus acciones y expresar emociones negativas.

El programa selecciona las palabras que señalan alguna característica significativa del sujeto según cierta clasificación, y junto con el recuento de palabras puede hacer posible registrar la frecuencia en que aparecen en los textos las palabras que están incluidas en cada categoría, todo lo cual proporcionará básicamente las características de su carácter.

El análisis lingüístico electrónico ya había sido inventado por Philip Stone en 1966 y simultáneamente también fue implementado por Louis Gottschalk, de la Universidad de California y por su colega Goldine Gleser, en 1969, quienes a partir de los datos que proporcionaba este instrumento, publicaron haber detectado desde 1980, indicios de deterioro mental en el entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Regan, diagnóstico que se confirmó en 1994 y que indicaba que padecía del mal de Alzehimer.

Algunos opinan que el análisis de textos por computadora parece ser más objetivo que el que se realiza en forma personalizada; sin embargo existen algunas objeciones que se relacionan con el posible descuido que puede resultar de obviar importantes datos que surgen de los contenidos.

Las estadísticas muestran, con respecto a las ideas de suicidio que pueden estar implícitas en la escritura, que los que efectivamente se suicidaron, habían utilizado en sus escritos doblemente las palabras “yo”, “mío”, “me”, y “a mí” y pocas veces o ninguna el pronombre “nosotros”.

Además, esas producciones literarias no incluían ideas sobre actividades que tuvieran relación con la comunicación con otros, revelando una actitud egoísta y sentimientos de aislamiento, que son propios de los estados depresivos que conducen al suicidio.

Uno de los últimos estudios que realizó el equipo de Pennebaker, fue en ocasión de las elecciones presidenciales de 2008, con los candidatos a presidente Barack Obama y John Mac Cain, cuyos resultados mostraron claramente sus respectivas tendencias.

Mientras McCain utilizaba un lenguaje directo y personal, empleando palabras emocionales e impulsivas, Obama usaba un lenguaje que indicaba razonamientos complejos y de una manera más indefinida.

Este instrumento permite sacar conclusiones con cualquier texto, incluso a través del correo electrónico. Tal vez se pierda la riqueza que se logra con el trato personalizado, pero con esta nueva perspectiva, se gana en cuanto a la visión panorámica que permite.

Fuente:»Investigación y Ciencia-Mente y Cerebro, No.43/2010, «Eres lo que hablas», Jan Dönges.