Definición de Autoestima
La autoestima es una valoración que uno escatima.
La autoestima es la autovaloración de uno mismo, de la propia personalidad, de las actitudes y de las habilidades, que son los aspectos que constituyen la base de la identidad personal.
La autoestima se construye desde la infancia y depende de la forma de relación con las personas significativas, principalmente los padres.
Los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar una alta autoestima, condición que puede influir notablemente en la vida adulta.
Para asegurar un desarrollo psicológico armonioso con alta autoestima los padres deben expresar amor a sus hijos, alentarlos en sus iniciativas individuales, minimizando los errores que podrán ser señalados como experiencia de aprendizaje.
Las expectativas poco realistas sobre las posibilidades de los hijos suelen provocar en ellos el deseo de aprobación y afecto y la necesidad de obtener metas personales que no estén de acuerdo con sus verdaderas aspiraciones individuales y sus reales capacidades, viviendo los fracasos como pérdida de autoestima.
Alfred Adler (1870-1937), psiquiatra austríaco, discípulo disidente de Sigmund Freud por no compartir la importancia que éste le otorgaba a los conflictos sexuales de la infancia; enfatizó desde los inicios de su carrera la relevancia de la relación existente entre el individuo y su medio ambiente.
Los contenidos básicos de su teoría son los conceptos de carácter, el complejo de inferioridad, el conflicto entre la situación real del individuo y sus aspiraciones y el deseo de poder como motivador principal de la conducta.
Un complejo, en lenguaje Psicoanalítico, es el estado psíquico provocado por las representaciones retenidas en el inconsciente por efecto de la censura y que se manifiesta con trastornos en la conducta.
Adler con su teoría de la existencia del complejo de inferioridad pudo explicar ciertas patologías y guiar a sus pacientes emocionalmente perturbados con este trastorno, hacia el camino de la madurez, del sentido común, brindándoles la posibilidad de una inserción social útil.
Según Adler, la baja autoestima impulsa a las personas a esforzarse demasiado para superar la inferioridad que perciben de si mismas y a desarrollar talentos y habilidades como compensación. Él mismo tenía un defecto físico que le afectaba la personalidad y que se supone lo impulsó a elaborar su teoría.
Adler fue fundador de la escuela de Psicología Individual y precursor de la moderna psicoterapia.
La ausencia de autoestima impide la búsqueda del sentido de la vida, produce problemas de identidad y dificultades para conectarse con intereses auténticos.
La baja autoestima es causa de trastornos psicológicos, de neurosis, depresión, problemas psicosomáticos y fallas de carácter, como la timidez, la falta de iniciativa, la anticipación del fracaso, características que impiden el crecimiento.
La falta de confianza en si mismo induce a la necesidad de compararse e identificarse con modelos sociales e impide comprender que cada persona es única y diferente y que lo único comparable es nuestro potencial con respecto a nuestro rendimiento.
El maltrato y el abuso infantil produce pérdida de la autoestima y a su vez los victimarios intentan superar sus propio complejos de inferioridad sometiendo a alguien más débil.
Los padres suelen doblegar la voluntad de sus hijos por medio del poder, haciéndolos sentir culpables por cualquier conducta de independencia que no comparten y por no obedecer sus deseos.
La mezcla entre sentimientos de afecto y agresiones produce confusión en estos niños que finalmente terminan sometiéndose a las demandas de sus padres, sacrificando su ser individual, ya que los actos de rebeldía amenazan con perder su afecto.
La autoestima se puede aprender y la propia palabra tiene poder. Mediante la práctica de una técnica sencilla se consigue elevar el concepto sobre uno mismo, repitiéndose a si mismo todos los días frases de autovaloración.