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Dostoyevski y el análisis freudiano.

Publicado por Lic. Maria V.

Fiodor Dostoyevski nació en 1821 en Moscú y fue uno de los principales escritores de la Rusia zarista. Su padre era un hombre autoritario y déspota, y su madre representaba el refugio afectivo tanto para él como para sus hermanos.

El fallecimiento de su madre, los lleva a reacomodarse en San Petersburgo  iniciando allí su período de estudio y su pasión por la literatura.

Tiempo después fallece también su padre, acontecimiento que implica en él una gran crisis.

A partir de ese momento comienza a dedicarse a la escritura, padeciendo recurrentes crisis epilépticas. Estas crisis si bien provenían desde la infancia, fueron cobrando distintas características a lo largo de su vida, siendo esto analizado especialmente por Freud.

Dostoyevski colabora con grupos liberales y revolucionarios y, por este motivo, es condenado a muerte. Si bien no lo ejecutan, pasa encarcelado en Siberia cuatro años.

Al salir publica obras que tienen buen recibimiento. Pero el fallecimiento de su primera esposa, su hermano y su primera hija, opacan esos momentos de triunfo.

Dostoyevski escribió obras consideradas genialidades de la literatura universal. Crimen y Castigo y los Hermanos Karamazov fueron las más destacadas.

Freud se interesó profundamente en la figura de Dostoyevski. Escribió «Dostoyevski y el parricidio» donde desarrolló su teoría respecto a este gran escritor.

Allí distingue 4 facetas en su personalidad: el poeta, el neurótico, el moralista y el pecador. Respecto a estas últimas tres el Psicoanálisis tiene mucho para decir. En sus obras el Crimen es un asunto recurrente, y Freud lo va a asociar a los deseos de Parricidio y al Complejo de Edipo.

La culpa y el autocastigo es el resultado y acompañamiento de aquéllo. La epilepsia, considerada por Freud en este caso como de tipo afectiva (asociada mas bien a una Histeria grave), vendría a cumplir una función de descarga por vía fisiológica de un exceso pulsional que no puede ser tramitado por vía psíquica, y además, cumple una función de punición.

Para Freud el eje de la neurosis de Dostoyevsky radica en el deseo de parricidio y su consecuente castigo.

A lo largo de su vida Dostoyevski ha transitado por múltiples situaciones que lo ubican en el lugar del sufrimiento, el castigo y la sumisión.

El juego y las deudas, el encarcelamiento, la pérdida de personas queridas por él y las crisis “epilépticas” o, según Freud, histéricas, siguen todas una misma línea.

La crisis epiléptica es funcional, según Freud en este caso, a la Neurosis.

Freud la define como una sucesión de triunfo y duelo vinculada a la que se describe en Tótem y Tabú presente entre los hermanos de la horda primordial que asesinaron al padre. Así, la crisis representaría goce y culpa a la vez.

La escritura sin duda ha cumplido una función sublimatoria, pudiendo descargar también por esta vía gran parte de esa energía libidinal.

A través de sus escritos Dostoyevski construye y tramita sus propios conflictos psíquicos. Por medio de sus personajes manifiesta el crimen, la culpa y el castigo, el suicidio, incluso el parricidio. Y esto, le permite en gran parte seguir viviendo.

Para Freud, Dostoyevski dirige gran parte de sus impulsos agresivos contra sí mismo.  Mediante sus obras, los caracteres de sus personajes logra sublimar algo de estos impulsos internos.

 

La neurosis es un indicio, para Freud, de un fallo en la integración. El arte es un intento de restauración. Por esto el análisis de los artistas en general se orienta a esa función que ocupa el arte como medio de tramitación, como un intento de curación.

Pero en este caso, como en el de muchos grandes artistas, al arte lo acompaña el sufrimiento.

El sufrimiento se instala como necesario, como motor de la producción artística. Dostoyevski mismo lo decía: «Elijo siempre temas por encima de mis fuerzas. Pero ¿cómo escribir? Sufrir, sufrir mucho…»