El apego, ¿Qué es?
El apego, desde el punto de vista etológico, implica la vinculación afectiva duradera, intensa y estable entre dos individuos, en interacción recíproca, y cuyo vínculo aporta protección y contención en momentos de temor o desesperanza.
El bebé humano requiere de una figura de sostén y contención desde los primeros momentos de vida. Las necesidades de un bebé para sobrevivir exceden aquellas fisiológicas indispensables como comer y dormir.
El afecto es absolutamente necesario para que un bebé pueda sobrevivir y desarrollarse de manera saludable. Esta necesidad de afecto y contención se denomina Apego.
En Psicología quien elaboró una Teoría entorno a este término fue John Bowlby. Este psiquiatra y psicoanalista consideraba que los seres humanos poseemos una capacidad innata para el apego. Una predisposición a establecer lazos con otros, una tendencia a generar vínculos. Sin estos vínculos afectivos, según Bowlby y cómo mencionamos anteriormente , un bebé no podría sobrevivir.
Las figuras de apego, en el caso de un bebé en desarrollo, serían los adultos cuidadores que se muestren disponibles para ocupar ese rol, fundamentalmente la madre o una figura central de cuidado.
Por lo general son aquellas figuras que conforman un lazo con el bebé o el niño/a que brinda contención y protección.
Todo lo que amenace la separación o alejamiento de la figura de apego puede ser percibido como amenaza para el niño/a. El temor a los extraños sería una manifestación de esto.
Para Bowlby el vínculo de apego primario se establece en principio con una sola figura de apego que ocupa un lugar primordial. Luego pueden sumarse figuras de referencia. Pero para este autor el apego tiene carácter monotrópico.
Esto se corresponde con el concepto de Privación materna, que implica que la falta del cuidado continuo por parte de esta figura central de apego durante los primeros dos años de vida, puede provocar consecuencias irreversibles en el psiquismo del niño/a.
El apego entonces es una condición que, si se da saludablemente en la infancia, constituye un patrón de seguridad y confianza para la constitución de vínculos en el futuro.
Pero existen según Bowlby distintos tipos de apego y no todos implican esta base de seguridad y confianza a la cual nos referimos anteriormente.
En líneas generales, el Apego es una predisposición innata a requerir de un otro que contenga afectivamente y proteja. Si esta relación se efectúa y el niño crece confiando en esa figura para su cuidado y respaldo, desarrollará herramientas de afirmación para sus futuras relaciones.
Actualmente se ha cuestionado la Teoría del Apego de Bowlby, por considerar que ubica en un lugar central a la madre, impidiendo que se reestructure la noción de familia y participación paterna como se está requiriendo actualmente.
De modo que es importante comprender esta Teoría a la luz de las nuevas estructuras sociales y familiares.
Lo central de la Teoría del Apego es hacer especial hincapié en la contención y el contacto afectivo con el niño, por parte de las figuras cercanas que se responsabilizan de él.
Esto fue una conceptualización innovadora en el momento en que Bowlby lo postuló, ya que no se hacía especial énfasis en la afectividad y sabemos que los modos de crianza de esos tiempos se enfocaban mayormente en las reglas y la disciplina, dejando muchas veces de lado el aspecto afectivo.
El apego es indispensable en la crianza de un niño/a y en el desarrollo de su autoestima y capacidad vincular.
El error está en tomar este término de modo muy inflexible, no pudiendo adaptarlo a otras necesidades, o permitiendo que se extienda, llegando a ser invasivo o estableciendo una dependencia excesiva que le impida al niño/a desarrollarse saludablemente.