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El optimismo: ¿Qué implica?

Publicado por Lic. Maria V.

Definición de optimismo: Tendencia a ver y a juzgar las cosas en su aspecto más positivo o más favorable.

A partir de este definición general podemos analizar las características del optimismo y los matices que se presentan en las distintas personas. El optimismo tiene relación con la esperanza. O al menos, con una posición esperanzada respecto del futuro, y respecto a cómo se resolverán los acontecimientos. Es un rasgo que implica la posibilidad de metabolizar las situaciones y extraer aquello que puede ser positivo o beneficioso.

El optimismo se puede confundir o amalgamar con la inocencia. Y por no sentir que se cae en la inocencia a veces gana el escepticismo. El escepticismo está, por lo general, presente en quienes quieren evitar por todos los medios posibles ser engañados, y se defienden pretendiendo adelantarse a todos los posibles resultados desfavorables. Así, se configura una actitud de desconfianza y desesperanza frente al mundo, donde se asume de antemano que nada bueno puede pasar. Esto es un refugio muy inflexible y que con frecuencia deja a las personas inmovilizadas.

El optimismo no necesariamente implica inocencia. Aunque algo de inocencia en la aprehensión del mundo tampoco es un problema, al contrario, nos permite el asombro, la curiosidad y, precisamente, la esperanza. Pero un exceso de inocencia sí puede ser conflictivo, porque nos mantiene inmersos en un mundo ilusorio que dista mucho de ser lo que con frecuencia encontramos.

El optimismo implica, en el mejor de los casos, poder reconocer los riesgos y las situaciones potencialmente desfavorables, pero aún así sopesar y destacar algo positivo en lo que se experimenta: algo que implica un aprendizaje, o la posibilidad de un cambio a futuro, por ejemplo.

Las personas muy optimistas suelen tener confianza en el futuro y esto suele estar asociado a la confianza en sí mismos. En este sentido, la confianza en uno mismo y en el mundo se da de modo recíproco. La confianza es algo muy importante de desarrollar, implica una sensación de seguridad, de pertenencia, que habilita cambios. El optimismo implica una posición en la que se confía que los conflictos se van a resolver, a pesar de las cuestiones negativas que se presenten.

El optimismo puede confundirse con la negación e idealización.

Idealizar implica no observar los aspectos negativos o conflictivos de una persona o situación y resaltar sólo las características positivas. Idealizar impide que veamos las cosas con sus luces y sombras, y nos ubica en una posición que dificulta avanzar y resolver conflictos.

La negación implica la evitación del conflicto, es la invisibilización de ciertas situaciones o características, actuar como si no existieran. Ambos, muy relacionados, son mecanismos de defensa que suelen estar presentes a veces en personas que se observan como optimistas. Hacen chistes constantemente y les cuesta conectarse con la angustia o con los problemas, por ejemplo. O idealizan las situaciones futuras, o a las personas enfrascándose en burbujas ilusorias. Es muy importante distinguir estos aspectos porque con frecuencia se confunde al optimismo con ellos.

El optimismo no implica necesariamente estos mecanismos, sino que, como se dijo anteriormente, es una capacidad de evaluar y extraer de las situaciones un aspecto beneficioso o productivo.