Experimentos
En Suiza, a cien metros debajo de la tierra, muy pronto comenzará a funcionar el acelerador de partículas más grande del mundo.
Se presume que este acelerador debería ponernos en contacto con otro tiempo y energía donde nuestras leyes de la física no funcionan.
Se trata de recrear las mismas condiciones que existieron cuando el universo todavía estaba naciendo, a partir de un potencial inicial infinito, hasta las fuerzas y partículas de la realidad actual.
Los científicos han sido capaces de producir en un laboratorio gigantesco la partícula responsable del 25% del universo.
En una caverna insondable repleta de estructuras inmensas de metal con kilómetros de cables y cañerías, se están terminando las instalaciones necesarias para realizar este experimento.
Esta enorme máquina llamada “Atlas” está siendo preparada para que los físicos puedan ver renacer el universo una y otra vez hasta treinta millones de veces por segundo.
Las partículas comenzarán a dispararse por un anillo subterráneo de 27 kilómetros, que se extiende desde el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares, en Bélgica hasta Francia.
Explotando entre ellas, las partículas producirán diminutas bolas de fuego de la energía primordial, recreando las condiciones que imperaron cuando el universo tenía menos de una billonésima de segundo de nacido.
Las fuerzas, leyes y formas de materia que existieron en ese instante hace catorce mil millones de años, volverán a la vida.
Este proyecto costó ocho mil millones de dólares, se invirtieron trece años de tiempo e intervinieron miles de personas. Se necesitarán catorce billones de voltios de electricidad y 128 toneladas de helio líquido para esta operación.
Es un intento más del hombre que no se resigna a aceptar el misterio y quiere entender cómo empezó esta realidad y cómo funciona.
Puede ocurrir que no logren ver algo nuevo, pero según los responsables de este experimento, la posibilidad de fracaso es inexistente.
Si es así podrían llegar a confirmar lo que afirman algunos científicos; que las partículas primordiales no son materiales y pertenecen a otra dimensión inmaterial que tiene leyes diferentes.
Este descubrimiento podría tener implicancias psicológicas, filosóficas y teológicas revolucionarias.
Por un lado confirmaría nuestra conexión con una fuente inmaterial y por otro la posibilidad concreta de la existencia de otros universos diferentes, transcurriendo en otras dimensiones en distintos tiempos.
El hombre desde que existe se ha formulado las preguntas esenciales sobre el significado de la existencia y el sentido de la vida, y ha tratado de descubrir esos enigmas por medio de la intuición. La mitología, la religión y la filosofía dieron sus respuestas, que en última instancia coinciden en los aspectos esenciales.
En este momento el hombre tiene la oportunidad de utilizar tecnología de avanzada para comprobar en la práctica, con un experimento espectacular, las antiguas afirmaciones que los antiguos profetas y sabios nos adelantaron sólo con su intelecto.