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La Psicología y el Espiritismo

Publicado por Malena

La Psicología y el Espiritismo

Una de las características esenciales en el hombre es la necesidad de saber quién es, de dónde viene y qué sentido tiene esta vida.

Las respuestas a estas preguntas en un principio las daban la mitología, posteriormente las religiones y la filosofía y en poco tiempo es probable que la ciencia llegue a contestarlas.

A medida que la ciencia avanza en estas investigaciones curiosamente estos descubrimientos están confirmando científicamente los conocimientos que los profetas ya habían adquirido por medio de revelación divina.

El Espiritismo es otra de las doctrinas filosóficas que intenta explicar la realidad, basándose en una interpretación esotérica del Evangelio cristiano y mediante la posibilidad de la comunicación con los espíritus.

Con este nombre surge este movimiento en el siglo XIX a partir de los libros de Allan Kardec, quien define a esta escuela como un “sistema para el estudio del espíritu”, que consiste en un conjunto de principios y leyes, revelados por los Espíritus Superiores.

En todas las épocas la humanidad ha creído en la posibilidad de comunicarse con los espíritus de los muertos y en el poder de algunas personas para lograrlo. Los chamanes de las tribus poseían ese don y muchos de ellos realizaban y aún hoy realizan esta práctica utilizando plantas alucinógenas y realizando rituales mágicos.

Las religiones institucionalizadas también tienen rituales y también se iniciaron a partir de una revelación divina. Muchos santos cristianos veían apariciones de la Virgen María o de otros santos y los mismos feligreses tienen la posibilidad de comunicarse con la divinidad por medio de la plegaria.

La mayoría de las religiones reconocen la existencia de una instancia superior al cuerpo que es el alma, que tiene carácter espiritual y la posibilidad de trascendencia, y tanto las religiones como las creencias populares brindan un lugar importante a los espíritus de los muertos a quienes muchos veneran y rinden culto.

Kardec escribió sobre su capacidad para establecer diálogos con las almas de personas fallecidas. Investigó estos fenómenos y como educador con sólida formación humanística trató de utilizar estas experiencias para beneficiar a la humanidad en lo social y en la ética.

Creía que las instituciones religiosas habían fracasado y que al mismo tiempo el avance de la ciencia contribuía a disminuir la fe en todos los niveles sociales. Se dio cuenta que el mundo necesitaba un nuevo paradigma para entender la realidad, que no implicara ninguna mediación institucional, y de esta manera todos podrían tener acceso al conocimiento y a la espiritualidad en forma natural.

El Espiritismo hoy en día constituye una doctrina y filosofía de la vida cuyos principios religiosos se basan en las enseñanzas obtenidas en la comunicación con espíritus supuestamente más evolucionados.

Según los testimonios de practicantes estas comunicaciones pueden producirse a través de un médium, o bien por medio de aparatos electrónicos o directamente a través de las apariciones.

Algunos creyentes consideran al Espiritismo una religión y otros una ciencia o una filosofía. La Iglesia Católica le da la categoría de oscurantismo pero la mayoría de las escuelas o movimientos espiritistas se consideran cristianos.

La creencia básica del Espiritismo es la siguiente:

Después de la muerte, el espíritu sobrevive y pasa al mundo espiritual.

Algunas personas poseen el don de la mediumnidad que les permite comunicarse con los espíritus que habitan el mundo espiritual.

La reencarnación de los espíritus en un nuevo cuerpo permite continuar con su evolución moral e intelectual.

Existen otros mundos habitados en el Universo, algunos más adelantados que otros.

Las acciones buenas y malas en esta vida tienen una consecuencia en las vidas futuras.

Desde el punto de vista de la Psicología, es importante señalar que algunas personas pueden sufrir perturbaciones psicológicas bastante graves durante las prácticas espiritistas; principalmente aquellas personalidades influenciables, de convicciones poco firmes, sugestionables, emocionalmente inestables, que toman medicamentos psiquiátricos o que sufran alguna patología o trastorno de la personalidad. Por esta razón, no es recomendable para ellas involucrarse en situaciones que puedan tener consecuencias desconocidas ya que aún les pueden resultar difíciles de controlar a personas estables.

Los Espiritistas creen en Dios como Creador y Ser Supremo del Universo, en la existencia del mundo espiritual, en la evolución del espíritu, en las Leyes de la naturaleza, en la reencarnación, en la moral de Cristo contenida en el Evangelio, en la consecuencia de los actos, en el valor de la oración.

La práctica espiritista no incluye el culto a Dios, no tiene sacerdotes, altares, imágenes, velas, no utilizan bebidas alcohólicas ni alucinógenos, tampoco talismanes, amuletos etc.

La mediumnidad se considera innata e independiente de la doctrina, y su verdadera práctica en el Espiritismo es aquella que se ejerce en base a los principios de la Doctrina Espiritista y dentro de la moral cristiana.