Psicología
Inicio General La Psicología y los Personajes de Ficción

La Psicología y los Personajes de Ficción

Publicado por Malena

La Psicología y los Personajes de Ficción

Casi todas las mujeres amaron en alguna ocasión, a James Bond y a Sherlock Holmes».

Los personajes de ficción, igual que los seres reales, tienen características de personalidad bien definidas, nacen, se desarrollan pero no pueden envejecer ni morir. Sólo desaparecen por un tiempo a veces para volver al poco tiempo para vivir en otra serie, encarnados por otros que se le parecen.

El Super Agente 66 es un espía norteamericano al servicio de su gobierno para luchar con los agentes de Caos. Representa la eterna lucha entre el bien y el mal en manos del Agente 66, cuya ineficacia permanente para resolver problemas provoca aún hoy la hilaridad del público.

Sin embargo, a pesar de él, el Orden siempre triunfa gracias a la providencia.

La agente 99 representa el sentido común de la mujer que ve más el árbol que el bosque y ocasionalmente gracias a ella este dúo logra sobrevivir milagrosamente.

Magoo también es un personaje que simboliza al hombre ingenuo, vulnerable y en este caso casi ciego que se atreve a avanzar sin miedo a nada, salvado siempre gracias a simples coincidencias.

Los dúos como Batman y Robin, Sherlock Holmes y el Dr. Watson, Patoruzito e Isidorito, son símbolos de la unidad formada por los opuestos, dos personas totalmente diferentes que se complementan entre si.

Estas parejas representan la dualidad interior, el hombre maduro y el aprendiz, el teórico y el práctico, el responsable y el vividor.

El Superhombre es el ideal de yo del hombre común, el símbolo del que todo lo puede y la Mujer Maravilla el ideal de omnipotencia de la mujer.

Ambos son ideales de autosuficiencia, asexuados, que aunque inspiren admiración por parte del otro sexo, son sólo ideales y en consecuencia inaccesibles para los humanos.

En los años sesenta surge Kung Fu, personaje de una serie norteamericana producto de la invasión oriental de monjes budistas en California.

La meditación, las artes marciales basadas en la defensa y el honor, eran lo opuesto al uso de las fuerzas bélicas. Junto a los movimientos existencialistas representan el rechazo de esa generación a la violencia.

Los personajes de las historietas son arquetipos, caricaturas de los ideales de los seres reales, pero con la ventaja de contar con poderes que desafían las leyes de la física para conseguir generalmente objetivos altruistas.

Cada héroe de historieta cuenta con su opuesto, el antihéroe, que finalmente sucumbe o desaparece provisoriamente para tener oportunidad de aparecer en otro episodio.

El antropólogo canadiense Steve Cook, afirma que los héroes de ficción en Inglaterra transmiten valores morales tradicionales y esa es una de las razones de su bajo índice de homicidios con respecto al de Canadá y Estados Unidos.

James Bond trabaja para el gobierno, o sea para el orden, mata por obligación, no por placer ni venganza, cumpliendo con las exigencias de un trabajo legal y además tiene buenos modales y es un amante tierno que sabe hacer el amor.

En cambio Rambo, héroe norteamericano, trabaja para él mismo, quiere vengarse supuestamente de aquellos que lo ofendieron obligándolo a afeitarse con agua fría, cosa que tampoco es tan terrible, y sin embargo después de eso se dedica a destruir y matar para vengarse de todos a su alrededor.

Este último mensaje atenta contra los valores humanos de respeto por la vida mostrando cómo el considerado héroe utiliza la violencia extrema para vengarse de una supuesta ofensa irrisoria que demuestra una personalidad decididamente paranoica.

La serie de películas de dibujos animados “Toys” transmiten a los niños de hoy valores humanos. Los juguetes cobran vida para defenderse de la agresión de niños perversos que los quieren destruir porque son viejos o cuando les compran otros nuevos.

Los juguetes nuevos avanzan para ocupar el lugar de los anteriores, que son tirados como desperdicios, o enviados al extranjero como donaciones.

Cualquier semejanza con la realidad que sufren los seres humanos no es coincidencia.