Psicología
Inicio General ¿Problemas de concentración? ¿A qué puede deberse?

¿Problemas de concentración? ¿A qué puede deberse?

Publicado por Lic. Maria V.

Los problemas atencionales o de concentración pueden tener orígenes muy diversos. Influyen, por supuesto, factores orgánicos, neurológicos, pero también aspectos cognitivos y emocionales, así como también ambientales. La alimentación, las rutinas y el sedentarismo, también son factores que alteran nuestra capacidad atencional. Las horas de sueño y la calidad del descanso son a la vez, esenciales, para poder concentrarnos.

Son muchos los factores que intervienen. Hay cuestiones que se manifiestan desde comienzos del desarrollo. Los diagnósticos de déficit atencional en niños están a la orden del día. Pero, ¿qué factores pueden realmente intervenir en esto? ¿Podemos pensar que la sociedad actual en la que vivimos tenga una incidencia sobre este incremento de casos?

Sin lugar a duda, y más allá de los demás factores intervinientes, la era de la velocidad y de la información en la que vivimos actualmente influye considerablemente en estas manifestaciones.

Está de más decir que vivimos en una época en la que hay demasiado de todo y al mismo tiempo y con una velocidad que no admite el desarrollo de procesos y tiempos necesarios para la obtención de resultados. Estas dinámicas alteran considerablemente la capacidad atencional. Así como las ventanas en una computadora se abren paralelamente, nuestra mente también va abriendo ventanas paralelas ante la abundancia de información y de opciones disponibles.

Esa velocidad que nos permite la tecnología se traduce en una velocidad de pensamiento y en una vivencia de ansiedad que puede cronificarse. Vivir apurados, mirando constantemente el próximo escalón, observando lo que nos falta, acompañado de un aluvión de ofertas de productos y servicios que prometen la satisfacción de esas necesidades, dificulta sin duda el recorte necesario para la atención.

Como dijimos anteriormente, es mucho, de todo, y a la vez. Si se dificulta la elección o el recorte, se dificulta la atención. Toda vez que tengamos muchos canales abiertos simultáneamente, que, por otro lado, es lo que demanda la tecnología constantemente, será menor el afluente atencional destinado a cada cosa. Nuestra energía psíquica no es inagotable, debemos cuidarla y preservarla para lo que realmente sea importante para nosotros. De otro modo, se filtra y se escurre, terminando en un agotamiento mental y con la sensación permanente de no haber hecho lo suficiente.

La era de la velocidad nos propone hacer mucho pero superficialmente. No ofrece lo necesario para poder dedicar tiempo a algo y profundizarlo. La multiplicidad es enriquecedora si podemos regularla y priorizar. Pero puede ser avasallante. Por eso es importante inicialmente atender a los estímulos que recibimos al pensar en dificultades de atención en la actualidad.

Si estamos constantemente con una pantalla enfrente o al lado, mientras estamos haciendo otra cosa, y a la vez pensando en otra, y de repente recordando algo, difícilmente podremos atender a una de ellas por completo. Por eso es importante bajar el ritmo, priorizar y disminuir los estímulos presentes a la hora de intentar concentrarnos.

También puede ser un buen recurso realizar una pequeña meditación antes de iniciar alguna tarea que demande concentración puntual, como leer o estudiar, procurando reducir los estímulos del entorno.

Si bien las cuestiones atencionales no se manifiestan de igual modo en todas las personas ni tampoco en todos los casos esto que mencionamos será necesariamente la causa,  debemos ocuparnos de lo que ocurre colectivamente en nuestra época actual. Antes que recurrir a otro tipo de tratamientos, es conveniente registrar y cuestionarnos, cómo son nuestros ritmos y qué incidencia tienen los aparatos tecnológicos y los estímulos múltiples en nuestra vida cotidiana.

La atención y la concentración implican toda una suerte de factores integrales a tener en cuenta, siendo éste uno de los principales a observar en la actualidad.