Sueños y Creatividad.
La relación entre el soñar y la creatividad está demostrando ser estrecha, según demuestran estudios sobre el tema. Soñar, y recordar los sueños estimula la memoria y la asociación, y permite el desarrollo de la creatividad.
Pensemos el sueño como un habitante extraño en nuestra casa. Habla otro idioma, es raro, muchas veces incomprensible para nuestra conciencia. Sin embargo, se manifiesta en nosotros (en nuestra casa) y, por ende, nos pertenece. El acto de descubrir y elaborar el sueño, a partir de los fragmentos recordados, hasta la narrativa presente al contarlo o escribirlo es sin duda un proceso creativo.
La creatividad se fortalece de aquello que es diferente y nuevo, de aquello que no comprendemos fácilmente y que se sale de los cánones cotidianos. Los sueños son manifestaciones que experimentamos muy frecuentemente y que tienen estas características. ¿Por qué no utilizarlos para el desarrollo creativo, si en sí mismos ya lo potencian?
Muchos artistas utilizaron los sueños como inspiración, Los pintores surrealistas buscaban la conexión con el inconsciente, permitiéndole expresión. Esto los llevó a tener gran contacto con sus sueños y con los procesos imaginativos.
En el cine también hay grandes manifestaciones de la realidad onírica. Luis Buñuel en Un perro Andaluz, y Fellini en 8 y 1/2 son algunos ejemplos. En Spellbound, de Hitchcock es Salvador Dalí (con Buñuel también trabajó, en Un perro andaluz y otras) quien ilustra los sueños del protagonista.
Los sueños se nos aparecen como esas historias extrañas que a veces descartamos como inservibles o insignificantes. Pero encarnan un gran valor simbólico y pueden ser fuente de grandes transformaciones en la vida de un sujeto.
Son potenciadores de cambio y de creatividad precisamente por su diferencia respecto al pensamiento conciente, planteándonos el desafío de abordar un elemento de otro orden.
Los sueños son historias, narrativas que nos atraviesan. A partir de ellos podemos transformar y crear otras.
Si se lleva un diario onírico, familiarizarse con los sueños y trabajarlos creativamente es aún más sencillo. Tenemos mucho material desde donde partir, y podemos jugar a conectar distintas escenas y distintos personajes.
Los caminos son múltiples. Podemos partir de una escena, de un lugar en el sueño, y permitir la expresión mediante la escritura, la pintura, el dibujo, la música o el baile. Qué surge a partir de ese sueño? Aparecen nuevas ideas? Cómo pueden conectarse?
Los sueños nos ofrecen material vasto, que se multiplicará en tanto les prestemos atención y los registremos. El recorrido por distintos sueños nos permitirá encontrar elementos que se repiten, ciertos patrones que servirán al proceso creativo y también como herramientas de autoconocimiento.
Todo lo que implique interpretación de los sueños, debe hacerse en un contexto terapéutico. Si hablamos de sueños y creatividad es precisamente su extrañeza la que nos sirve como fuente creativa. Si forzamos su interpretación vaciamos ese sentido, los traducimos a nuestro idioma y de algún modo su encanto desaparece.
La energía creativa es lúdica, juega con lo que encuentra y lo transforma. Si lo que encuentra son sueños jugará con ellos, probando nuevas formas y explorándolos como se exploraba el entorno en la infancia. Este es el enfoque necesario para trabajar creativamente a partir de los sueños, es lo que nos permitirá ampliar el registro creativo propio y enriquecer nuestra experiencia.